8 de marzo de 2013

España: 7º exportador de armas

Eurofighter
Los 7 países más importantes por lo que respecta al volumen de exportaciones de armamentos de guerra son en orden cuantitativo: Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido, China y España. Los dos primeros se reparten el 50% de las ventas (30 y 24%, respectivamente) y los principales artículos españoles son los buques y la aviación.

La Unión Europea ha despertado a una conciencia de independencia industrial respecto de Estados Unidos y se sitúa inmediatamente detrás de este país en la venta de armamentos de guerra. Hoy existen ya muchos sistema de armas desarrollados mediante consorcios europeos en los que España participa, como EADS-Airbus, el mayor fabricante aeroespacial del mundo.

Los datos estadísticos reunidos, sin realizar ajustes por la variación en los niveles de precios y excluidas las llamadas exportaciones «invisibles», indican que el volumen total del comercio español pasó en 2007-12 de unos 1 300 millones dólares a más de 3 500. España proveyó, entre otros, dos portaaviones polivalentes tipo «Juan Carlos I» para la Armada australiana, así como el proyecto para sus nuevos destructores (tipo «Hobart»), cinco fragatas para Noruega (clase «Fridtjof Nansen»), submarinos (Chile, Malasia), corbetas y patrulleros oceánicos (Venezuela), aviones (Estados Unidos, Egipto) y otros sistemas de armas para diferentes países.

Ministerio de Defensa
Portaaviones «Príncipe de Asturias» y «Juan Carlos I», fabricados ambos en astilleros gallegos. Del último se proveyeron tres barcos, dos de ellos para la Armada australiana.
España está desarrollando una importante industria de armamentos, convirtiéndose en un abastecedor de primer orden. Sus astilleros, con exponentes de una tendencia al aumento cuantitativo de los armamentos navales, cubren toda la gama que comprende desde portaaviones hasta submarinos, todos ellos enteramente autóctonos (los citados «Juan Carlos I», destructores «F-100», submarinos «S-80»), y las factorías suministran aviones y carros de combate propios o en consorcio con otros países de la Unión Europea (carros Leopard-2E, aviones de caza Eurofighter y de transporte C-295 o A-400M).

Carrera de armamentos. Pese a la finalización de la guerra fría que enfrentaba la OTAN y Pacto de Varsovia, se está produciendo una nueva carrera de armamento como consecuencia, en parte, de las «revoluciones» en Cercano y Medio Oriente, la intervención de la OTAN en estas regiones y la supuesta necesidad de rehacer ejércitos anticuados u obsoletos en el Tercer Mundo.

En muchos casos, el objetivo del comercio de armas es el abastecimiento de materias primas a bajo precio y el dar salida a la producción manufacturada, mayormente en el caso de los países de la OTAN, que han prevenido sus artículos de guerra en tal cantidad que ahora les resulta difícil encontrar mercados para darles salida. Los países sudamericanos, una mayoría en vías de desarrollo, aumentaron en un porcentaje sus presupuestos militares muy superior al de su crecimiento y que sólo sirve para la modernización parcial de unas fuerzas armadas anticuadas. La consecuencia de una carrera de armamentos en estos países es que pueden reducir su pequeño nivel de vida y aún empobrecerse más enviando al exterior gran parte de sus recursos naturales.

EADS/Airbus
Un avión cisterna «A-330MRTT» abasteciendo de combustible en pleno vuelo a dos cazas F-18 españoles. «EADS Airbus», el mayor fabricante aeroespacial del mundo, es un consorcio de empresas alemanas, británicas, españolas y francesas.
La Unión Europea, primera potencia económica mundial, pero dramáticamente deficitaria en ciertas fuentes energéticas, utiliza el comercio de armas para mantener una economía estable y un peso considerable en los asuntos mundiales. Las posibilidades de la Unión serán tanto mayores cuanto más cohesionada se presente ante un horizonte marcado ya visiblemente por la competencia con Estados Unidos.

El comercio de armamentos de guerra es el aliviadero del Capitalismo, pero conviene señalar que la actual situación es muy similar a aquella otra de la década de 1930, de consecuencias tan desastrosas para Europa (II Guerra Mundial) como felices para el sistema capitalista («guerra fría»).


ANEXO

La industria aeroespacial europea se basa en programas de cooperación internacional para competir con Estados Unidos y pocas son las empresas enteramente nacionales. La fábrica de armamentos de guerra en España se circunscribe punto menos que a EADS (consorcio europeo), Navantia (nacional) y Sistemas Sánta Bárbara (integrada en General Dynamics). Pasaremos revista, a continuación, a la última generación de armas españolas con «status» de fabricante único o en consorcio con otros países de la Unión Europea y en cualquier caso operacionales, excluidas aquellas en proyecto o experimentales.

Curimedia
El «Airbus 400M», transporte de ala retrasada, fue presentado por primera vez en Sevilla. Está propulsado por cuatro turbohélices y dispone de mandos de vuelo eléctricos.
El primero de los cinco prototipos del Airbus 400M Atlas, fabricados en España y Francia, se terminó en Sevilla (junio 2008) y efectuó su primer vuelo el 11 de diciembre de 2009 con tripulación hispano-británica. Complicado y caro, es más perfecto y completo que el C-130 Hércules, al que está previsto que substituya. Alemania, España, Francia y Reino Unido  necesitan unos 152 aparatos en total y ha sido adquirido por Turquía (10), Bélgica (7), Luxemburgo (1) y Malasia (4).

El consorcio Eurofighter, feudatario de EADS y responsable del desarrollo y construcción del Typhoon (2004), lo forman industrias aeronáuticas de Alemania, España, Italia y Reino Unido. Es un caza de superioridad aérea puro con capacidad de ataque al suelo. Los cuatro países fabricantes han adquirido 472 aparatos y también se ha vendido a Arabia saudita (72), Austria (15) y Omán (20).

Por su parte, la española Navantia continúa en solitario la fábrica de buques de guerra. De momento se han construido tres portaaviones polivalentes tipo «Juan Carlos I», dos de ellos para la Armada australiana. Es un ejemplo típico de la tendencia a la construcción de buques de cada vez más versátiles como consecuencia del progresivo rendimiento que se exige a la acción naval de la OTAN. Tiene 27 000 t de arqueo bruto y puede transportar más de 30 aviones (AV-8, F-35B, V-22) o helicópteros (NH-90, CH-47) y vehículos acorazados.

Matthew Bash
Destructor «Álvaro de Bazán», alistado en 2002. A su capacidad de lanzar misiles anti-aéreos y anti-superficie une la de disponer de helicópteros antisubmarinos «Sikorsky SH-60 Seahawk». Sobre este buque se proyectan los destructores australianos «Hobart».
En cuanto a los destructores «Álvaro de Bazán» o «F-100», ya están operativos los cinco barcos españoles (2002-12) y otros tantos fabricados para la Armada noruega (2006-11), más sencillos que los españoles, pero ambos tipos con el sistema de combate AEGIS, sólo utilizado por las marinas de guerra de Corea, España, Estados Unidos, Japón y, con la venta de los barcos españoles, Noruega. Un sexto destructor tipo «F-100» se ha visto amenazado por los recortes presupuestarios y, al parecer, nunca tomará forma.

Capítulo a parte merecen los submarinos «S-80», de construcción cara, que obliga al empleo de materiales y técnicas de construcción muy especiales, con sistemas de propulsión que tienen una mínima dependencia de la atmósfera, avances muy notables en la reducción de las vibraciones (disminución del nivel de ruidos) y capacidad de cotas más profundas. España cuenta con tener operativo al comienzo del año 2015 el primero de seis submarinos de ataque «S-80», botado en 2013 y en el que se han interesado, entre otros, Australia, India y Noruega. El arsenal a bordo incluye misiles UGM-109 Tomahawk.

La principal innovación de la industria nacional en vehículos acorazados se refiere a la fabricación con licencia alemana del carro de combate Leopard 2E (2004), básicamente un Leopard 2A6 mejor protegido y considerado el más perfecto del tipo. En 2012 Arabia Saudita anunció la intención de adquirir unos 270 Leopard 2E, pero una discreción extrema en ambas partes impide conocer la evolución del asunto. En respecto del otro vehículo español de chasis cadena-oruga, el vehículo de combate de infantería Pizarro, están pedidos o pendientes de recepción unos 580 vehículos para Reino Unido y 15 para Tailandia.
  
Ministerio de defensa de España
Un «Leopard 2E» del Ejército español disparando su cañón de 122/55 mm. Estos carros de combate, con un coste unitario de más de 11 millones euros, se fabrican enteramente en Sevilla por «Sistemas Santa Bárbara», del grupo «General Dynamics».

ACTUALIZACIÓN

El comercio de armas español alcanzó en el primer semestre de 2013 una cifra de 1 821 millones euros, con un aumento sobre el primer semestre de 2012 de casi el 300%. La base de este éxito es la venta de aviones cisterna Airbus 330MRTT a Arabia Saudita (359 millones), Emiratos Árabes (427 millones) y Reino Unido, que supone más del 60% del volumen total. Las exportaciones a Israel se han quintuplicado, pero todavía son poco importantes (1'4 millones euros).

En el conjunto, las ventas a los países de la Península arábiga (los anteriormente citados, Bahrein y Omán) representan el 45% del total, igualándose en vez primera a los principales clientes españoles: Unión Europea y países de la OTAN.

En Sudamérica destacaron Brasil, con la modernización de aviones P-3 Orion (56 millones), y Colombia, que adquirió a las factorías aeronáuticas españolas dos aviones de transporte C-295 (55 millones). Perú ha expresado planes a corto plazo para dotarse con una decena de cazas Typhoon y medio centenar de carros de combate Leopard 2A4, adquiridos a las Fuerzas Armadas españolas, pero parece que los objetivos propuestos no son más que una esperanza para el futuro.

Así pues, la venta y modernización de aeronaves representa más del 80% del total (1 512 millones). Los buques de guerra, que junto a la aviación constituyen el gran recurso de la exportación militar española, alcanzó en este periodo sólo el 1'5 %, ya finalizada la fábrica de barcos para Australia, Noruega y otros países. Sin embargo, las perspectivas parecen ahora más alentadoras: a finales de 2013, el Gobierno turco acordó con la española «Navantia» la construcción en astilleros turcos de un portaaviones polivalente «Juan Carlos I», más o menos reformado, y cuatro embarcaciones tipo «LCM-1E».