9 de julio de 2023

La desaparición del Grumman «Albatros» AN1-7

Renitor
El 1 de julio de 1969, y en circunstancias aún obscuras, desaparece volando sobre el mar de Alborán un avión antisubmarino español, durante una operación por nombre Vigilante. En el lugar aparecieron algunos buques y aviones extranjeros, de los cuales dos eran soviéticos, entre ellos un barco espía (el Zenit). La Armada y el Ejército del Aire nunca admitieron, sin embargo, la posibilidad del ataque.

El vuelo. El AN1-7 era un Grumman Albatros B del 206º Escuadrón del Ejército del Aire, con siete tripulantes (dos de ellos de la Armada). El despegue se realizó desde la base aérea de Jerez de la Frontera (Cádiz) a las 5 h 50 min. Su misión consiste en el patrullaje del mar de Alborán, para regresar a su base de partida hacia las 14 h, aunque con combustible para una autonomía de vuelo hasta las 16 h.

La desaparición. El último mensaje recibido, a las 11 h 27 min, daba la posición del AN1-7 en los 36º 14’ latitud N y 3º 12’ longitud E, a unas 12 millas al NE de la isla de Alborán. Hasta las 14 h 30 min, el AN1-7 no inspiró preocupación, ya que el fallo de radio y el vuelo rezagado no eran infrecuentes. Sin embargo, nada se supo del avión.

Operación de búsqueda. A las 14 h 50 min se da la primera alarma (fase de incertidumbre o Incerfa) y quince minutos después despegan dos Albatros, en una operación de búsqueda (Grumman 2) de la que participarán una decena de aviones, media docena de helicópteros y cuatro buques. La operación discurre en un mar envuelto en la niebla, a veces ligera (visibilidad de 1 a 3 km), otras cerrada (menos de 300 m).

Localización. A las 20 h 40 min del día 2 se localizaron restos del AN1-7 flotando en el mar de Alborán, a 15 millas del S de Adra (Almería). No se recuperaron cadáveres y por eso la operación queda acotada al salvamento de náufragos.

Archivo histórico del Ministerio de Defensa
Sectores de búsqueda en el segundo día de la operación de salvamento (2 julio 1969), cuando se hallaron restos del AN1-7 (en rojo).
Apariciones inopinadas. En las primeras horas del día 3 y en el lugar donde cae el AN1-7, la tripulación del Albatros AD1-4 divisó un buque soviético por nombre Zenit y, muy próximo a él, un avión bimotor tipo Neptune, de nacionalidad indeterminada. El Zenit es examinado inmediatamente por un helicóptero («una fragata de cabotaje de 300 a 400 t») y más tarde por la corbeta antisubmarina Bilbao («hay un buque ruso pesquero con señales de hacer levantamientos hidrográficos y baliza y reflector radar»). Hacia el mediodía se avistó un segundo buque soviético, en la dirección del Zenit.

Fin de la operación «Grumman 2». A las 16 h del día 4 se da término a la operación de salvamento. Cuatro días después, un buque alemán y otro noruego informaron de boyas o radiobalizas de posición lanzadas al mar por buques soviéticos, en el lugar donde fueron habidos los restos del AN1-7.

Investigación. Según la comisión investigadora (Servicio de Seguridad de Vuelo del Estado Mayor del Aire), los restos son pocos y demasiado pequeños para poder sacar conclusiones sobre las causas del accidente («tipo de accidente indeterminado»). Los investigadores llegaron a la conclusión de que el avión sufrió los efectos de «un golpe poco violento» (el fuselaje se rompió en parte) y pudo haberse hundido casi de una pieza (—«se cree que está a unos 300 m de profundidad»—).

Sin rastro. La inspección del suelo submarino con equipo de sonar no ha revelado el hundimiento del AN1-7 en el lugar donde fueron habidos los restos.

El «Albatros» AD1-4, del 801º Escuadrón para operaciones de salvamento y rescate (SAR). La tripulación avistó (3 julio 1969) un buque-espía soviético en el lugar que cayó el AN1-7.
Un rumor circuló muy pronto entre algunos aviadores: la desaparición del AN1-7 no fue a consecuencia de un accidente y su último mensaje denota algún problema («No puedo más; estoy agotado»). La existencia de este rumor, del que no existe más documentación que los relatos de dos aviadores recogidos por el coronel de Caballería retirado Eduardo González Boado, padre del piloto del AN1-7, ha sido negada por el Estado Mayor del Aire («siquiera como bulo se tienen noticias de ese mensaje radiado»).

La hipótesis del ataque. El coronel Eduardo González, reseñado arriba, adelantó la teoría del ataque en una misiva al ministro de Asuntos Exteriores Gregorio L. Bravo (21 febrero 1970). Esta hipótesis no se había enunciado con el acopio de pruebas, pero tampoco ha recibido la atención que merecía (véase el capítulo Buques-espías soviéticos en España).

¿Cómo y por qué desapareció el AN1-7? Se han sugerido tres hipótesis para explicar las causas de la desaparición del avión: avería, vértigo de instrumentos y ataque. La última no tiene fundamento y las primeras son demasiados simplistas porque ofrecen una explicación parcial al problema de la desaparición. La hipótesis del accidente cuenta con mayor número de seguidores entre los técnicos, pero muchos interrogantes relacionados con la desaparición están todavía por explicar. No se puede dejar a un lado la pequeñez y escasez de restos en un radio de 5 km, ni la noticia de buques soviéticos al lado o muy próximos al lugar donde cae el AN1-7, además de un avión inidentificado que no colabora y se niega a alejarse para no estorbar la operación de búsqueda.

Archivo histórico de la Armada
Corbeta antisubmarina «Atrevida» de la Armada, del mismo tipo que la «Bilbao», dos de los cuatro buques enviados en socorro del «Albatros AN1-7» (1 a 4 julio 1969).
Tras esta controversia subyace uno de los debates clásicos ante un accidente sin dilucidar, como el que ya enfrentó en 1980 a los proponentes del ataque y el accidente en el caso de un DC-9 italiano en vuelo Bolonia-Palermo: la hipótesis del ataque, calificada de «disparate», quedó finalmente probada ante los tribunales (2011), con dos cazas inidentificados, franceses según el presidente italiano Cossiga (véase Vuelo 870 de Itavia).

Desinterés. Desde hace décadas hay dotación en España de submarinos de bolsillo teledirigidos (robot submarino) e incluso unos sistemas elevadores de objetos sumergidos, pero hasta hoy no se conoce ningún intento de localizar y fotografiar el AN1-7, imágenes que permitirían dilucidar en parte (o enteramente) el misterio.

AVIONES «ALBATROS» DESAPARECIDOS EN EL MAR DE ALBORÁN

El AN1-4, del mismo tipo que el AN1-7, también cae al mar de Alborán, dos meses antes (14 mayo 1969) y en el marco de una operación similar. Aunque en este caso tenemos testimonios (el buque mercante español Garby brindó ayuda rápida a las víctimas del accidente) y se pudo rescatar un superviviente (Pedro Mackinlay Leiceaga), la causa de la tragedia es difícilmente identificable a partir de los datos disponibles (no se han filtrado detalles de la misma). El 14 de marzo 1974, durante una «operación nocturna» cerca de cabo Palos (Murcia), ya vencido el límite oriental del mar de Alborán, desaparece sin dejar el más ínfimo rastro el AN1-1, otro Grumman Albatros para lucha antisubmarina. En total se perdieron 21 hombres.

Renitor/Miranda
EL GRUMMAN HU-16 «ALBATROS»

El SA-16 (o HU-16 es los mismo) es un hidroavión de canoa, que lleva un casco en forma de embarcación acoplado al fuselaje. Las barquillas de los extremos de las alas proporcionan flotabilidad suplementaria en beneficio de la estabilidad lateral. Aunque su principal misión consiste en el patrullaje a gran distancia, también han sido utilizados en operaciones de transporte y salvamento. Es un modelo típico de aparato anfibio (puede posarse o despegar indistintamente en agua o en tierra). Propulsado por dos motores de 1 425 CV (Wright R-1820-76A o B), el SA-16 dispone de hélices reversibles que aumentan su capacidad de maniobra en el agua y puede permanecer en el aire más de 20 h sin repostar (5 280 km de autonomía) y transportar 2’3 t de bombas y cohetes o cuatro torpedos.

En España, principal usuario del Albatros tras de Estados Unidos, estos aparatos sirvieron en el Ejército del Aire entre 1954 y 1978: siete SA-16A (a partir de 1954) y diecinueve SA-16B (1963), trece de los últimos para lucha antisubmarina (matrículas AN) y el resto para operaciones de transporte y salvamento (AD). Se perderían seis aviones, de los cuales dos lo hicieron sin dejar rastro. A partir de 1973 les substituyen tetramotores P-3 Orion.

DATOS TÉCNICOS DEL AN1-7 Y SU TRIPULACIÓN

El AN1-7 tenía 4 621 h de vuelo y sus motores 747 el nº 1 y 1 013 el nº 2 (832, 121 y 113 h respectivamente desde el último examen). El piloto contaba 2 938 h de vuelo (capitán Antonio González-Boado Campillo) y el segundo piloto 1 951 (capitán Francisco Blanco Rodríguez). Las horas de vuelo del resto de la tripulación van de las 1 916 h del radiotelegrafista (brigada Ángel Aurelio F. Rodríguez) a las 612 del observador (capitán de fragata Evaristo Díaz Rodríguez). Completan la tripulación el teniente de navío Eduardo Armada Vadillo (navegante), el brigada Joaquín Martínez González (armero) y el sargento José Antonio Peña Moya (mecánico). Hasta su fatídico vuelo final, el AN1-7 no había registrado incidente alguno, ni humano ni material.

US Department of Defense
Un tipo característico de buque-espía soviético era la clase «Okean», con una quincena de pesqueros transformados en 1959-61 y desplazamiento en carga de unas 460 t (estándar).

BUQUES-ESPÍAS SOVIÉTICOS EN ESPAÑA

Con ocasión del conflicto árabe-israelí (1967), el sector marítimo de Canarias-Gibraltar-Baleares estaba siendo merodeado por la flota rusa, principalmente submarinos y buques-espías. Estos últimos, disfrazados de pesqueros, recorrían las proximidades de las costas de España en misiones de información, para las que se encontraban dotados de material de telecomunicaciones y radar. En la década de 1960 se especulaba con que existiera cohetería antiaérea portátil en esta clase de buques-espías; en la de 1970 se daba por seguro.

Pesqueros-espías armados. En 1969 y entre los misiles antiaéreos soviéticos portátiles figura sólo el SA-7 Grail (9K32 Strela), cohete sólido, subsónico, especie de bazuca dirigido por rayos infrarrojos, manejable por un solo individuo, con un alcance horizontal de 3’7 km y un techo de 1’5 km, antiaéreo ideal contra vuelos rasantes o bajos. Su cabeza explosiva (1 kg) resulta insuficiente pera descoyuntar un avión de 15 t, pero suficiente para hacerlo caer casi de una pieza, cual parece ser el caso del Albatros AN1-7.

Ni cifras ni imágenes. En los puertos de Canarias (Santa Cruz, La Luz y Las Palmas) y sólo en cuatro años (1967-71) se registraron 2 489 entradas de buques soviéticos, más del 65% (1 710) en 1970 y 71, cuasi-todos de la naviera hispano-soviética Sovhispan, una tapadera del KGB en complicidad con el Gobierno español, dos países sin relaciones diplomáticas y «enemigos jurados», misteriosa y extraña combinación con grandes volúmenes dinerarios a beneficio mayormente de particulares, en Madrid y en Moscú. Pese a la aparición de indisimulados pesqueros-espías en estas nutridas flotillas, inexorablemente fotografiados por buques o aviones españoles en patrullaje, no se han publicado imágenes.

J. Flethes
McDonnell Douglas AV-8S «Harrier» de la Armada, a bordo del portaviones «Dédalo» (1976). En «puntos cruciales», estos aviones hicieron retroceder a los buques-espías soviéticos con maniobras muy agresivas.
Testimonio único. Sólo tenemos testimonio de un pesquero-espía y sin imágenes, el Zenit, reseñado en este artículo, «fragata de cabotaje de 300 a 400 t», según datos del Ejército del Aire, poco menor que el tipo «Okean» y poco mayor que los de la clase «Kondor I» (el Komet de 1968 y el Meteor de 1970 de la Alemania comunista). En 1969 el único buque-espía soviético por nombre Zenit era una nave hidrográfica tipo «Samara», de 970 t, tercero de una serie de 16 barcos (1961-65) y alistado en 1963, que estaba actuando en el Báltico. Esto es, sin relación aparente con el Zenit que aparece al lado de los restos del Albatros AN1-7.