5 de febrero de 2014

La «guerra fría» se desplaza a Asia oriental

US Department of Defense
El aliviadero del Capitalismo es la industria de armamentos de guerra y ella reviste importancia crítica en Estados Unidos, que necesita de la guerra para su prosperidad. La Unión Europea, primer referente económico y social mundial, es refractaria a nuevas aventuras bélicas y ahora Estados Unidos pone atención en el Lejano Oriente asiático, espacio geográfico de fricción, con diferencias políticas, económicas, ideológicas y militares de imprevisible complicación.

La Unión Europea, que constituye hoy día con Estados Unidos y Japón los tres grandes centros neurálgicos de la economía mundial, mantiene una política de convivencia, determinada por factores sociales y económicos y los esfuerzos para reducir los gastos de defensa. Al contrario, la consecuencia lógica de las fricciones en Asia Oriental es la elevación de los presupuestos de Defensa (recordemos que Asia es ahora el principal cliente armamentístico de Estados Unidos).

La razón de la necesidad de este aumento de fuerzas es clara. Japón tiene territorios en disputa con China y Taiwan (islas Senkaku), Corea del Sur (Liancourt) y Rusia (islas Kuriles del Sur, en poder de Rusia desde el fin de la II Guerra Mundial y que anteriormente pertenecían a Japón). China, a su vez, reclama Taiwán y tiene problemas fronterizos con India, Rusia y Filipinas. En fin, Corea del Norte, dictadura comunista sometida a la disciplina militar y entre los países más pobres del mundo, utiliza la amenaza nuclear para aliviar su mala situación política y económica.

Sin llegar al empleo declarado de las armas, las islas Senkaku se han convertido en lugar de constantes fricciones y pueden repetirse hasta producirse la guerra abierta (en 2013 una fragata china amagó con atacar un destructor japonés y se cree saber que China ha desplegado misiles intermedios DF-16 en su costa más cercana a estas islas). En las Kuriles, en el mismo año, cazas Mitsubishi F-2 japoneses dejaron ver la intención de disparar contra cazas Sukhoi 27 y un bombardero Tupolev 95 rusos.

Hay quienes dicen que mutuos intereses económicos hacen la guerra impracticable, pero se trata de una dificultad antes que un obstáculo; todo depende de la cuantía del beneficio que se puede obtener sin tener en cuenta el coste humano, como la II Guerra Mundial, que tras seis años de guerra y 50 millones de muertos impidió la destrucción del sistema capitalista, redujo a niveles saludables el alto paro en Estados Unidos y supeditó militar y económicamente a Europa.

Mark R. Álvarez
El «Hyuga» de la flota japonesa, el primero de dos portaaeronaves de 19 000 t alistados en 2009 y 11. Tras estos se ha terminado en 2013 otro mayor, el «Izumo» de 27 000 t, y uno más se encuentra en construcción.
En 2012, el secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, dijo que el 60% del conjunto de fuerzas navales de Estados Unidos estaba en el Pacífico, gran parte de ella en Asia Oriental. El resto de requisitos para un conflicto internacional también parecen dispuestos: alianzas entre las potencias, la existencia de ingentes armamentos, el creciente nacionalismo y el afán imperialista. Ahora sólo falta la agresiva política exterior de algún país ribereño, habitualmente para disfrazar problemas sociales y económicos, caso de China, país tercermundista en fase de despegue cuyo espectacular crecimiento se ha visto ralentizado mucho antes de los plazos previstos.

VII Flota de Estados Unidos.  Está compuesta por medio centenar de buques y Cuartel General en Yokosuka, ciudad de Kanagawa (Honshu, Japón), una de las más importantes bases navales del país. Otros apostaderos son Guam, la isla mayor del archipiélago de las Marianas y una de las mayores fortalezas del Pacífico, y Sasebo, ciudad de Nagasaki (Kyushu, Japón). Dentro de VII Flota se distinguen diez escuadras, llamadas fuerzas operativas o «task force» (TF-70 a 79). Su espina dorsal es el portaaviones de escuadra «George Washington», de propulsión nuclear y unas 90 000 t, el portaaeronaves polivalente o LHD de 40 500 t «Bonhomme Richard», 2 cruceros («Antietam» y «Shiloh»), 7 destructores y 3 submarinos nucleares lanzamisiles y ataque clase «Los Ángeles» («Buffalo», «Chicago» y «Oklahoma»), los últimos con base en Guam. Su flota aérea es de unos 300 aviones, la tercera parte embarcada. 


ANEXO: FUERZAS REGIONALES

Los países ribereños de los mares del Japón y China son los dos citados, Corea, Rusia y Taiwán. El ligero repaso a las fuerzas en esta zona geográfica lo vamos a hacer considerando sólo a la aviación de caza (el dominio del aire es requisito indispensable) y la fuerza naval (dominio del mar y apoyo a las operaciones terrestres) y limitándonos a China y Japón.

China basa su poder de disuasión en el factor nuclear y el impresionante potencial humano del Ejército Popular de Liberación (más de 3 000 000 hombres). Japón es superior en tecnología y el factor electromagnético, no pocas veces resolutivo en el campo de batalla. La actual carencia de explosivos y submarinos nucleares japoneses constituye sin duda la gran diferencia entre ambas fuerzas.

Cazabombarderos. La fuerza de interceptadores y cazabombarderos china es milenaria, pero el 70% de ella está obsoleta, con modelos como el J-7, copia del MiG-21 ruso. Los modelos modernos son unos 200 Sukhoi 27 y 30, rusos, y acaso unos 250 J-10 y 11, chinos y de características muy medianas. La Fuerza Aérea japonesa cuenta 200 F-15J «Eagle», 75 F-2A (un F-16 «Falcon» modificado) y 80 F-4F «Phantom II» (ya anticuado, está siendo retirado de servicio).

Portaaviones. La principal innovación se refiere al «nuevo» y primer portaaviones chino «Liaosing», de 50 000 t (se trata del soviético «Varyag», de la clase «Kuznetsov», botado en 1988 en Ucrania y que tras una década de enmiendas y arreglos continúa en periodo de pruebas). En 2013 Japón ha terminado el portaaeronaves de 27 000 t «Izumo», otro igual se encuentra en construcción y ya navegan dos portaaeronaves de 19 000 t, los «Hyuga» (2009) e «Ise» (2011). Sin embargo, también hay una carencia de aviación embarcada por parte japonesa, imposible de conseguir con estos barcos sin aviones de aterrizaje corto o vertical.

Destructores. China agrupa 24 destructores de entre 7 900 y 3 600 t frente a 26 japoneses de entre 10 000 y 6 100 t. Siete buques del primero ya están anticuados (clase «Luda» de 3 600 t) y seis del segundo montan sistema AEGIS (clases «Atago» y «Kongo» de 10 000 t).

Fragatas. China despliega 47 fragatas, 13 de ellas obsoletas («Jianghu» de 2 000 t) y otras 14 punto menos que corbetas («Jiangwei» de 2 400 t). Las japonesas, en número de 13, son mayores y con mejores equipos a bordo (clases «Asagiri» y «Hatsuyuki» de 4 900 y 4 000 t).

Submarinos. Nominalmente, China computa 11 submarinos de propulsión atómica: 5 SSBN o armados con misiles de cabeza nuclear («Jin» de 9 000 t), pero se duda de la utilidad práctica de estos buques y los cohetes que transportan, y 6 de ataque al tráfico de unas 6 000 t. Además, cuenta con 54 submarinos convencionales, 17 de ellos obsoletos (clase «Ming»). La flota submarina japonesa está formada por 16 submarinos de 4 000-4 200 t (clases «Oyashio» y «Soryu») y otros cinco en construcción.