25 de agosto de 2014

Rusia planea invadir Ucrania

Ministerio de Defensa de Rusia
La llegada a Lugansk de un «transporte de ayuda humanitaria» ruso y una exitosa ofensiva rebelde ocurrieron a un mismo tiempo (21 agosto 2014), coincidencia considerada como sospechosa. Ahora, Moscú anuncia mas «ayuda» y la creación de una «gran fuerza pacificadora» con propósitos de «paz y apoyo a la población», allí donde fuese necesario. Rusia parece completar sus preparativos finales para tomar una decisión aun más arriesgada que la anexión de Crimea.

Las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk se han transformando en una disputa territorial entre Ucrania y Rusia. El desprecio de este país al Derecho internacional reafirma a los europeos y norteamericanos en la creencia de que no cabe ningún arreglo y algunos países de la Unión Europea piden sanciones económicas más enérgicas contra Rusia, sin descartar una acción militar, caso de Reino Unido.

Económicamente, Moscú no tiene posibilidades ante la acción combinada de Bruselas y Washington, y estos, cada vez más preocupados por la situación, se orientan hacia una política más firme con Rusia. La perspectiva de una oposición más resuelta a sus planes puede contribuir a que Rusia, país en recesión y con un presidente que pierde popularidad, se decida a atacar mientras sus posibilidades son mejores.

Moscú insiste en que ayudar a Lugansk y Donetsk es promover la paz y la libertad, mientras habla de las atrocidades cometidas por Kiev entre la población civil. Sin embargo, al mismo tiempo su ejército mantiene la presión sobre la frontera de Ucrania, amplia su escuadra del mar Negro, apremia la construcción de submarinos, la propaganda anuncia —y exagera— la restauración del poderío militar ruso y tienen lugar maniobras militares intimidatorias en el mar Báltico, islas Kuriles (al N de Japón) y un simulacro de invasión con la utilización de millares de paracaidistas en Pskov, no muy lejos de los países bálticos (territorio OTAN).

Por todo ello, Rusia parece completar sus preparativos finales para tomar una decisión arriesgada: invadir Ucrania oriental con el pretexto de proteger a las minorías rusas. El plan es fácil de explicar: apoyo logístico a los rebeldes disfrazado de «ayuda humanitaria» y un cuerpo expedicionario presentado como «fuerza pacificadora» (recordemos que la primera no está supervisada por organismos internacionales y que la citada fuerza pacificadora no ha sido creada por alguna resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ni su empleo y mando recae sobre el Comité del Estado Mayor militar de dicho Consejo).

Ministerio de Defensa de Ucrania
Avión de ataque tipo Sujoi 25 ucraniano. La ayuda rusa ha permitido a los rebeldes destruir más de 30 aeronaves de una fuerza aérea que, antes de la guerra civil, sólo tenía en condiciones de uso una cuarta parte de los aviones inventariados.
Las circunstancias favorecen un éxito ruso en Ucrania. A saber: 1) la aparente separación de la Unión Europea y los Estados Unidos impide a estos adoptar medidas resueltas, 2) la OTAN no ha concertado alianza con Ucrania y 3) el deseo dominante en Europa, por ahora, es evitar una guerra. Así, Putin puede abrigar la creencia de que los europeos abandonarán a Ucrania a su suerte y podría aplicar otra vez la política de los hechos consumados (la OTAN difícilmente puede convencer a la opinión europea de luchar por un país que no pertenece a esta Organización ni a la Unión Europea).

Despliegue de tropas. Los niveles de armamento ruso desplegados en Ucrania son muy superiores a los que le corresponden a la amenaza del paupérrimo Ejército ucraniano: de entre 20 y 40 000 soldados apoyados por centenares de carros de combate, vehículos acorazados de transporte de personal, piezas de artillería y helicópteros de ataque. Se tratan de unidades adscritas al 49º y 58º Ejércitos (Distrito Militar Sur) y acaso del 20º Ejército, que con el 6º compone el Distrito Occidental. Las fuerzas armadas de ucrania, muy débiles, quedarían prácticamente barridas en pocos horas en la cuenca del Donbass y la OTAN, con las complicaciones legales internacionales, no podría proporcionar a Ucrania apoyo directo en caso de ataque.

Actualmente las fuerzas armadas de Rusia se organizan en cuatro distritos militares o Teatros de Operaciones: Occidental, Sur, Central y Este, todos ellos con dos Ejércitos, excepto el último, con cuatro. Los dos primeros (fronteras europeas) son los más importantes, con unidades que están al completo y material más o menos moderno; el tercero constituye una zona de Reservas capaces de acudir a cualquiera de los tres Teatros periféricos (varias de sus unidades están prácticamente con sus plantillas de personal en cuadro) y el último se encuentra al 70% de personal y gran parte de su material pesado está en parque y armamento anticuado.

Moscú: de la razón a la sinrazón. Si en su momento se culpó a la Unión Europea y los Estados Unidos de la crisis de Ucrania, ahora es Rusia la que pone Europa al borde de la guerra. Moscú se opone al agrandamiento de la OTAN y la fortificación de su frontera oriental, mientras ordena nuevas maniobras intimidatorias y ensaya misiles de crucero (Mk-41) desafiando al Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance intermedio (INF) de 1988, que había ratificado la prohibición de establecer, fabricar o ensayar tales armas, incluidos los lanzadores (la OTAN denunció tal infracción el 31 de julio sin una respuesta satisfactoria de Moscú).

La intención del presidente Putin es la de reforzar el poderío militar y político de Rusia como medio, según él, de «garantizar la paz» y «frenar a la OTAN», que considera un factor importante de «desestabilización». El reforzamiento de su ejército, el nacionalismo y ganancias territoriales so pretextos raciales es la base de su estrategia, como también lo fue en la Alemania de la década de 1930.


Actualización: documentación gráfica probatoria

Fotografías realizadas por espías espaciales y publicitadas por la OTAN el 28 de agosto. En ellas se echan de ver artillería y cohetería automóvil rusa en territorio ucraniano, el día 21; es decir, al mismo tiempo que llegó el supuesto transporte de ayuda humanitaria a Lugansk y el exitoso contraataque rebelde.