Kremlin
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Tuvo una infancia marcada por las estrecheces económicas de un régimen comunista, se graduó en Derecho por la Universidad Estatal de Leningrado (1975) y fue reclutado por el KGB. Por estas fechas dio su nombre a la sociedad «Royal Arch», una logia masónica, y en 1980 se juntó con miembros rusos y británicos de la misma en el convento ortodoxo de Ein Karem (Jerusalén), tapadera de la KGB.
Matrimonio. Fue en Leningrado donde conoció a Lyudmila Shkrebneva, estudiante de filología española en la Universidad Estatal. Se casaron el 28 de julio de 1983 y tuvieron una hija, Mariya Putina (abril 1985). En este mismo año, Putin y su familia se trasladaron a Dresden (Alemania del este), donde residieron y nació su segunda hija, Yekaterina (agosto 1986). Según la BND (servicio secreto alemán), era marido violento y aficionado al adulterio. Tras la unión de Alemania (1990), regresó a Rusia y trabajó para Stanislav Merkúriev, rector de la Universidad de Leningrado.
Carrera política. Sus apuros económicos cesaron cuando entró en política de la mano de Anatoly Sobchak, presidente de la Diputación de San Petersburgo, que le nombró presidente del Comité de Relaciones Exteriores de esta ciudad (1991) y vicealcalde primero (1994). Al año siguiente se estableció en Moscú y tras desempeñar diversos cargos en la administración del presidente Borís Yeltsin (1996) realizó una apresurada carrera: director del Servicio Federal de Seguridad o FSB (1998), Secretario del Consejo de Seguridad Nacional y primer ministro (agosto 1999).
Fue odiado por algunos de los ministros de la gobernación del Estado, pero le temían y no podían prescindir de sus servicios. El presidente Yeltsin, muy aficionado al alcohol, se vio impotente para contener la mala coyuntura política y económica del país y hubo de entregar la presidencia interina a Putin (diciembre 1999), que inmediatamente convocó elecciones.
La subida al poder. Fue elegido para la presidencia de la nación durante dos períodos consecutivos (2000-2008). Durante su primer periodo presidencial pulverizó la política de su antecesor y se preparó para enfrentarse a la OTAN. Ante la opinión pública traficó con los conceptos de seguridad (nacionalismo y militarismo) y antisemitismo («oligarquía judeomasónica») y limitó la libertad de prensa (concentración y nacionalización de los medios de comunicación social).
Mientras tanto fue eliminando a sus adversarios en una serie sistemática de «juicios por delitos económicos», en que fueron condenados a presidio prominentes hombres de negocios, especialmente los relacionados con las empresas informativa y petrolera, como Vladimir Gusinski (2000), Mijail Jodorkovski (2005) o Boris Berozovski (2007). El primero, presidente del Consejo Supremo de los Judíos rusos y socio de la masonería, huyó a España, que se negó a extraditarle, y el último, también de origen judío, se exilió en Reino Unido, donde supuestamente se suicidó.
En octubre de 2006 murió a tiros la periodista Anna Politkóvskaya (Moscú) y pocos días después el ex-espía ruso Alexander Litvinenko (Londres), contaminado con metal radiactivo (polonio), ambos enemigos jurados de Putin y el último nacionalizado británico. Tras una rápida investigación, la policía denunció a un oficial del espionaje ruso como responsable de la muerte de Litvinenko, pero Rusia se negó a extraditarle y el hecho, que tuvo gran repercusión internacional, provocó un muy sensible deterioro en las relaciones entre Londres y Moscú.
Al mismo tiempo que «antiguos compañeros» y «nuevos enemigos» fueron desapareciendo a lo que parece su propósito inflexible de imponer su autoridad, personas cercanas a Putin o los organismos de espionaje formaron una nueva oligarquía con la que se han enriquecido (Guennadi Tímchenko, Vladímir Yakunin, Yuri Kovalchuk, Serguéi Chémezov).
Tercer mandato. La Constitución le impedía de un tercer mandato consecutivo y para salvar este obstáculo en las elecciones de 2008 disfrazó su candidatura con la de Dmitri Medvédev, que tras ser elegido presidente nombraría a Putin Primer Ministro. Con este cargo se mantuvo en segundo plano, pero su autoridad no fue nunca discutida y en 2012 se presentó nuevamente a la presidencia para salir elegido en primera ronda (63% de los votos), esta vez para un periodo de siete años.
Manteniéndose fiel a la política de sus dos primeros mandatos —y un tercero encubierto—, afirmó que se mantendría firme con la OTAN, pero que eso no limitaba las posibilidades del diálogo. Sin embargo, en su concepción global del mundo como dos bloques enfrentados, herencia inequívoca de la Unión Soviética, Putin presionó al Gobierno ucraniano para que no abrazase a la Unión Europea ni la OTAN, choque de intereses que llegó la guerra civil a Ucrania.
En 2014 supo aprovechar la crisis ucraniana para anexionarse Crimea, un extraordinario éxito para su política doméstica, con indices de popularidad nunca antes vistos, pero que llevó a los dos gigantes mundiales (Estados Unidos y Unión Europea) a pedir sanciones económicas contra Rusia, que pueden agravar los puntos débiles de la política de Putin (amenaza de recesión y déficit del presupuesto público).
Por su política artera y astuta, es descrito por sus enemigos como «encarnación de la hipocresía, brutal y despiadado». Sus biografías parecen estar basadas en fuentes no auténticas y hay quien las tacha de espúreas. Abordar la biografía de Putin en forma de psicoanálisis freudiano es tarea imposible y la historia de la vida de sus antepasados más allá de su abuelo paterno (Spiridon Ivanovich Putin) es un misterio.
ANEXO
Antepasados obscuros. Algunos aseguran que Putin es descendiente de los Putyatin o Putiatin, línea colateral de la dinastía Rurik. Esta última toma el nombre del fundador de la monarquía rusa, jefe al parecer de una banda de normandos establecida en Novgorod en 862, y cuyo último miembro fue el zar Fiódor I (1557-98). La de Putyatin nunca reinó, pero se dice que tiene parentesco de consanguinidad, legítimo o ilegítimo, con todas las realezas europeas. Entre sus figuras más notables están el príncipe Nikolai Putyatin (1749-1830) y los duques Mikita (s. XV), Taveti (s. XVI) y Sergei Putjatin (s. XX).