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George Rommey |
Emma Hamilton (1765-1815), originariamente Amy Lyon y luego Emma Hart, nació en Great Neston (Cheshire, Inglaterra), hija de una humilde familia de herreros —Henry Lyon y Mary Kidd—. Huérfana de padre a los dos meses, se crió con su madre en Hawarden (Gales). De su infancia sólo se sabe de cierto que no recibió instrucción alguna. A los doce años comenzó a trabajar de doncella (Hawarden, Blackfriars, Londres) y a los catorce como bailarina en «Goddess of Health» («Diosa de la Salud»), extravagante clínica de «terapia sexual» administrada por un médico de baja reputación. Estos años contribuyeron sin duda a especulaciones poco favorables, como la de prostitución y un hijo temprano, que desaparece sin dejar huella. Ninguno de estos asertos descansa, sin embargo, sobre bases históricas.
De temperamento amable y muy inteligente, su juventud, belleza y buena figura le permitieron todas las audacias. Con sólo quince años fue amante de un hombre de la buena sociedad, Sir Harry Featherstonhaugh, a los dieciséis del parlamentario Charles F. Greville y a esta edad, por haber quedado embarazada del primero, dio a luz a Emma Carew, que pasó en adopción a otra familia o, según algunos, al cuidado de la abuela materna, en Hawarden.
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Joshua Reynolds
Sir William Hamilton, miembro del Parlamento y de la «Royal Society», que en 1791 casó con Emma Lyon, con lo que ésta adquirió tratamiento de «lady».
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Los Hamilton y Nelson regresaron juntos a Inglaterra en 1800, en un viaje a través de Europa, y en 1801 Lady Hamilton dio a luz a Horatia, fruto de sus relaciones con Nelson, que repudió a su esposa. En 1802 los Hamilton pasaron dieciocho meses en Merton Hall (Surrey), con Nelson, lo que suscitó una tempestad de rumores escandalosos que dañó la reputación de éste e hicieron de Sir Hamilton objeto de burla.
A la muerte de Hamilton (1803) se fue a vivir con Nelson en Merton Hall. Éste pasó dos años en el navío «Victory» (1803-05) y entretanto nace la segunda hija de la pareja (1804), que muere a las pocas semanas, en circunstancias poco claras. En 1805 Nelson pasó dos meses con ella y en octubre de ese año resultó herido mortalmente en la batalla de Trafalgar. Poco antes de morir dijo estas palabras al capitán Thomas Hardy: «Cuida de mi querida Lady Hamilton». Sin embargo, su escandaloso adulterio le conquistó la enemistad de muchos y se la privó de asistir al funeral de su amante, que constituyó una impresionante ceremonia. También se dio por nulo un testamento de Nelson y hubo de conformarse con Merton Hall y una pensión vitalicia.
Con la muerte de su último amante y ya cuarentona, su suerte estaba echada: mientras la viuda de Nelson y el hermano de éste recibieron testimonios de admiración de todas partes y de todas las clases sociales, Lady Hamilton, ignorada y empequeñecida, sufrió un rápido declive en su fama e influencias y en 1811 se la describe como avejentada, obesa, de pocos atractivos y enferma.
La publicación de su relato autobiográfico (1806) y de su correspondencia íntima con Nelson (1814) fue objeto de numerosas críticas, sobre todo la última, con lo que el descrédito de Lady Hamilton era ya general.
A pesar de que tanto Hamilton como Nelson le dejaron una pensión vitalicia, fue detenida por deuda en 1813, pero, dejada en libertad bajo fianza en 1814, logró escapar con Horatia a Calais, donde murió al año siguiente, atormentada por el alcohol y perseguida por la miseria. Fue enterrada allí, en el cementerio de Saint Pierre, y su tumba desaparece con los avatares bélicos en años venideros. En 1994 se le erigió un pequeño monumento en el parque Robespierre de dicha ciudad.
Horatia, hija ilegítima de Lady Hamilton y Lord Nelson, nació en incógnito en una casa londinense de Sir Hamilton. Los primeros dos años de su vida transcurrieron bajo el cuidado de una ama de cría. Al enviudar la madre pasó a vivir con ésta y Nelson como «hija adoptiva», en Merton Hall, disfraz que mantuvieron sus padres hasta el último de sus días. En 1845, descubierto el engaño, reconoció como padre natural a Nelson, pero nunca tuvo por madre a Lady Hamilton, a la que no se cita, ni siquiera como «tutora», en la inscripción puesta en la lápida sepulcral de Horatia: «Aquí reposa Horatia Nelson Ward, fallecida en 6 de marzo de 1881, a la edad de 80 años, hija amada del Vicealmirante lord Nelson y viuda del antedicho reverendo Philip Ward».