6 de marzo de 2014

El primer ministro ucraniano visita la OTAN

OTAN
El 6 de marzo, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, se entrevistó con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en Bruselas. El gobernante ucraniano se presentaba con la preocupación por la separación de Crimea y el papel que juega Rusia en ella, mientras que Rasmussen llevaba a la entrevista la necesidad de afirmar el compromiso de la OTAN en la defensa de Ucrania.

El 27 de febrero, Yatseniuk tomó posesión de su cargo y se encontró con un país en bancarrota y dividido, en parte por la hostilidad del nuevo gobierno a la minoría rusa. Pocos días después el primer ministro envió su primer «mensaje» a Rusia con motivo de haber hecho público el Parlamento crimeano su propósito separatista. El mensaje intentaba tranquilizar a los ciudadanos que apoyan el nuevo gobierno —un tercio o menos de la población—, preocupados por la crisis en Crimea, asegurándoles que no consentiría en ninguna amenaza a la integridad territorial de Ucrania.

Con el ejército y el país divididos, Ucrania no tiene posibilidades ante Rusia y entre los datos positivos que busca Yatsenuik está un claro gesto solidario de la OTAN, más allá de declaraciones, por lo que cabe esperar en los próximos días algún movimiento de la Organización con fines de propaganda. Por su parte, Rasmussen pidió, cual ya hiciera el 2 de marzo, que cesara el despliegue de tropas rusas en Crimea, y se pronunció contra cualquier intervención militar exterior que podría desembocar en una situación gravísima para toda Europa.

La actividad internacional del primer ministro ucraniano tiene su principal cauce, por la importancia y urgencia del problema, en los esfuerzos para intentar solucionar la grave crisis de Crimea, pero también se enfrenta a la amenaza del crecimiento de los partidarios de Rusia en Ucrania oriental, que no ven con agrado al nuevo gobierno, y la división del Ejército, al punto de habilitar comisarios políticos para la vigilancia de algunos jefes militares.

La perspectiva de una guerra civil que puede dejar el país dividido en dos estados, con Crimea integrada a Rusia, gana verosimilitud y la OTAN no es precisamente una garantía. Recordemos Yugoslavia, estado también eslavo que dejó de existir en 1992 tras aflorar a la superficie tensiones inter-étnicas y en medio de una guerra civil que la Unión Europea, la OTAN y Naciones Unidas no pudieron —o no quisieron— impedir.