22 de febrero de 2013

La gran mancha solar de 2013

NASA
El Observatorio de Dinámica Solar (abreviadamente, SDO), telescopio astronáutico lanzado por Estados Unidos en 2010, ha dado las imágenes de una mancha o región más obscura en la superficie solar que en los días 19 y 20 de febrero aumentó su área hasta seis veces el tamaño de la Tierra. Según la NASA, puede provocar en los próximos días «fulguraciones» o erupciones cromosféricas, las cuales tienen correspondencia individual con fenómenos terrestres, tales como variaciones bruscas del estado de la ionosfera, con desvanecimiento casi instantáneo de las ondas cortas y refuerzo de las largas y producción de tempestades magnéticas.

Algunos científicos se han movilizado estos días ante una máxima actividad solar que, según las previsiones, puede ser excepcional por las dimensiones de las manchas solares, así como por la frecuencia e intensidad de las demás manifestaciones de la actividad del Sol. La mancha descubierta por el SDO (AR 1678) parece ser del grupo llamado bipolar, compuesta de dos manchas principales con polaridad contraria. Es más pequeña que las aparecidas en noviembre de 2012 (AR 1618) y enero pasado («AR 1654»).

Las regiones obscuras en el disco solar fueron descubiertas por Galileo en 1611 y están en íntima conexión con la manifestación en la superficie solar de campos magnéticos locales muy intensos. La mayoría de las manchas duran menos de un día; por lo que toca a las restantes, su vida media es por lo general de 1 a 75 días, con casos excepcionales de hasta 125 días.

Es difícil establecer las consecuencias que de los paroxismos de la actividad del Sol se desprenderán y sus efectos sobre las telecomunicaciones y otras actividades humanas, pero se sabe que una fabulosa explosión solar acaecida el 12 de abril de 1963 originó en la Tierra enormes tempestades magnéticas, de extraordinaria repercusión en las comunicaciones por radio.

NASA
Telescopio espacial «Solar Dynamics Observatory» (SDO), lanzado el 11 de febrero de 2010 y satelizado por encima de la atmósfera.

Fulguraciones y protuberancias. No hay que confundir fulguraciones y protuberancias eruptivas; las últimas están en íntima conexión con las manchas y las primeras con las fáculas (regiones más brillantes), bien que estas a su vez se relacionan estrechamente con las regiones más obscuras. La duración de las fulguraciones oscila entre 10 y 50 min y con frecuencia paralela a la actividad de las manchas. No suelen ir acompañadas de ninguna eyección de materia y producen una intumescencia de varios miles de kilómetros de altura y acompañadas de perturbaciones en la emisión radiosolar. En el caso de las más intensas, suceden fuertes incrementos de la radiación cósmica, que ejercen gran influencia sobre el campo magnético y eléctrico terrestres. Los momentos de mayor actividad del Sol se corresponden con la intensificación de las tempestades magnéticas, perturbaciones ionosféricas y aurora boreal terrestres.


NASA
Aumento de la actividad solar en el período 2010-12 y que pasa por un máximo en 2013

Actividad solar. La aparición de regiones más obscuras en la superficie solar (fotosfera) o la concentración en la misma de fáculas, con llamaradas de gases supercalientes, son fenómenos que constituyen la llamada actividad solar. Por causas no bien conocidas, esta actividad crece y decrece en un periodo aproximado de 11 años y pasa por un máximo en 2013. Apenas influye en la cantidad de energía que emite el Sol (constante solar) y sólo se manifiesta en su distribución sobre la fotosfera, pero está relacionada con el despliegue de fuertes campos magnéticos.

Desde el Año Geofísico Internacional de 1957-58, coincidente con uno de esos máximos, varios satélites han contribuido al estudio del Sol, con el SDO como el último de ellos. Es importante poner en claro los ritmos de esa actividad, dado que la energía radiada por el Sol afecta la vida en nuestro planeta con sus variaciones, hasta el punto de que si la constante solar disminuyera en unos grados sucedería una nueva era glaciar.


ACTUALIZACIONES


NASA
Los dos cinturones de Van Allen (izquierda) y una tercera faja de radiación entre ambos (derecha) descubierta por la sonda «RBSP».
«El tercer cinturón de Van Allen». Estrechamente relacionados con la actividad solar, los cinturones de Van Allen son dos fajas de radiación que rodean la Tierra y están constituidas por protones y electrones lanzados por el Sol (viento solar). Distantes de la Tierra de 2 000 a 5 000 km el uno y de 12 000 a 25 000 el otro, toman su nombre de James A. Van Allen, director del Instituto de Física de la Universidad de Iowa, que comprobó la existencia de ellos gracias a los contadores Geiger-Müller de las sondas Pioneer III y IV (1958-59). Las dimensiones del cinturón exterior crecen considerablemente al producirse ciertos fenómenos solares, como fulguraciones cromosféricas intensas o un aumento de la actividad solar. Ambos cinturones son zonas de radiación intensísima, con máximos después de una fulguración cromosférica y mortales para el hombre falto de protección.

NASA
Sonda «RBSP», dos ingenios astronáuticos que trabajan mancomunadamente y satelizados el 30 de agosto de 2012.
Gracias a la sonda doble RBSP, más conocida como sonda Van Allen, se comprobó la existencia de una tercera envoltura de intensa radiación entre ambos cinturones de Van Allen, precisamente en el momento en que un intenso viento solar entraba en contacto con nuestro campo geomagnético (2 septiembre 2012). El fenómeno duró un mes y se anunció el 28 de febrero de 2013 como una tercera faja radiactiva accidental. El máximo de actividad solar en 2013 es una oportunidad para un mejor conocimiento de este supuesto tercer cinturón.

15 de abril. Erupción cromosférica mediana (tipo M6.5), sin consecuencias en el estado de la ionosfera ni las radiocomunicaciones terrestres.

13 de mayo. La más intensa de las manifestaciones de la actividad del Sol hasta la fecha. La mancha solar AR 1748, descubierta el 9 de mayo, provoca tres erupciones cromosféricas en un intervalo de tiempo de 24 horas, con eyección de materia y de cada vez más intensas (X 1.7, 2.8 y 3.2), pero sin influencia sobre el campo magnético y eléctrico de la Tierra al no estar esta enfrentada con la citada mancha.