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Ministerio de Defensa de Rusia
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El día 28, a las 14 h 30 m, una escuadrilla rusa de ocho aviones tipos MiG-31, Sujói 24, 27 y 34 fue descubierta en el mar Báltico e interceptada en el Golfo de Finlandia por Typhoon alemanes de la Policía aérea del Báltico, a los que siguieron F-18 finlandeses, JAS-39 suecos y F-16 daneses. Los rusos volaban hacia Kaliningrado, con el oportuno plan de vuelo e identificadores de las aeronaves activados, pero sin responder a los controles del tráfico regular aéreo.
El día 29, a las 3 h, cazas F-16 noruegos interceptaron otra escuadrilla rusa, más pequeña y sospechosa: cuatro bombarderos Tupolev 95 y otros tantos Ilyushin 78, espías o de reaprovisionamiento en vuelo. Dos de los primeros pasaron al Mar del Norte y salieron al Atlántico para ser interceptados, sucesivamente, por cazas Typhoon británicos y F-16 portugueses. Las tripulaciones rusas desconectaron sus «transpondedores», repetidores a bordo para la identificación de las aeronaves, que les hizo indetectables por el radar de tipo secundario (tráfico regular), no así por el primario (militar), que permitió descubrir la presencia y posición de los aviones rusos y determinar la distancia de los mismos y su dirección.
Por la tarde del mismo día, en el mar Negro, cazas F-16 turcos hicieron retroceder a dos Tupolev 95 y dos cazas Sujói 27 sin tener que hacer fuego. Al mismo tiempo, la Policía aérea del Báltico, en este caso F-16 portugueses, hizo otro tanto con una escuadrilla de tres cazas MiG-31 y Sujói 27 y cuatro de ataque Sujoi 24 y 34.
Con estas operaciones aéreas, de una intensidad nunca vista ni oída desde la «guerra fría», van más de un centenar en 2014 frente a la treintena de 2013. Estos vuelos clandestinos o irregulares, con propósito intimidatorio o de espionaje, han evolucionado con tal rapidez en los últimos meses que hoy representan una preocupación. Al mismo tiempo, Moscú hace reivindicaciones territoriales en el Ártico, busca un protectorado sobre la regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk y parece interesado en recuperar los principios de la guerra fría (véase Sudamérica: Putin se quita la máscara).
Es manifiesto que una conflagración internacional o universal viene incubándose desde hace meses por la agresiva política nacionalista del presidente ruso Putin, que busca un clima bélico para disfrazar la mala prospectiva económica de Rusia (devaluación de su moneda, inflación incipiente, amenaza de recesión) como consecuencia de la contracción del precio del petróleo, con el agravante del lastre de gastos en armamento y las «medidas restrictivas» de la Unión Europea y los Estados Unidos.
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OTAN
Uno de los dos Tupolev 95 rusos que el día 29 de octubre salieron del Báltico al Atlántico, cuando sobrevolaba el Mar del Norte.
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El avión espía es fácil disfrazar en un bombardero (Tupolev 95), de reaprovisionamiento en vuelo (Ilyushin 78) o un avión de ataque mediano (Sujoi 34). Los tres modelos han participado de estos vuelos y el primero, con radio de acción superior a los 15 000 km, no necesita de abastecimiento en vuelo para salir del Báltico al Atlántico.