Ministerio de Defensa de España
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Desde
el 21 de octubre de 2015, 36 000 soldados, 140 aviones, 60 buques y 7
submarinos han participado en el ejercicio táctico «Trident
Juncture 2015», en el Mediterráneo occidental y con bases de
operaciones en España, Italia y Portugal. Los soldados,
pertenecientes a los ejércitos de 30 países, realizaron unas
maniobras de 16 días de duración, las más importantes de la OTAN desde el
final de la «guerra fría» y, acaso, como respuesta a la actividad rusa en Oriente Medio.
Estas
maniobras militares giran alrededor de la fuerza especial NRF de la
OTAN, Nato Response Force, a lo largo del Mediterráneo
occidental y con el supuesto de una operación anfibia en territorios
imaginarios que fácilmente se identifican con Sudán, Sudán del Sur
y Etiopía, en el que el primero invade el segundo comprometiendo la
seguridad del último. La creación de la NRF, que puede convocarse
en cualquier momento por los altos mandos de la OTAN, se fomentó en
la cumbre de Varsovia de 2002 y se acordó fortalecerla en la reunión
de Gales de 2014 (véase Cumbre de la OTAN en Gales). La NRF es
una continuación, más perfecta, de la fuerza
convencional de despliegue rápido de la OTAN, Allied Mobile Force (AMF), formada en 1960.
La
publicidad dada a las maniobras OTAN, cuando menos las importantes,
contrasta con el secretismo de sus operaciones y el resultado de las
mismas. Al parecer, este ejercicio entronca con la doctrina de
preservar, con los oportunos refuerzos, el flanco meridional de la
OTAN, uno de los puntos fundamentales en los planes de su estado
mayor, y se han empleado nuevas tecnologías que pueden suponer
cambios trascendentales, tanto tácticos como estratégicos, con
especial atención a la superioridad electromagnética, condición
casi resolutiva en el campo de batalla. Estas maniobras, llevadas a
cabo conjuntamente por fuerzas de tierra, mar y aire coordinadas por el Cuartel General OTAN en Bétera (Valencia), han tenido su escenario principal en San Gregorio (Zaragoza), pero también han
participado bases fuera de España, Italia y Portugal, como son las de Brunssum (Holanda), Meaford
(Canadá), Mons (Bélgica), Stavanger (Noruega) o Stuttgart (Alemania).
Ministerio de Defensa de España
Convertiplanos MV-22 «Osprey» en la cubierta del «Juan Carlos I», durante el ejercicio OTAN «Trident Juncture 2015».
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Le
correspondió a España concurrir con 7 900 soldados, casi 120
vehículos blindados y carros de combate (Leopard 2E), 12 helicópteros, 13 barcos (entre estos el portaaeronaves polivalente Juan Carlos
I y dos destructores F-100) y una treintena de aviones
(Eurofighter, F/A-18M, Harrier II). Además de las tropas de
infantería, se han empleado fuerzas aerotransportadas o de
paracaidistas (82ª División estadounidense), que en un intervalo de sólo 10 horas pasaron de
Norteamérica a Europa con una espectacular precisión geográfica y
horaria.
Intenciones
y razones. Se restituye la
intencionalidad política que caracterizó las maniobras OTAN en la
«guerra fría». En efecto, este ejercicio responde a la
reaparición de uno de los tres grandes elementos que conformaron el
eventual enemigo de la OTAN: las aspiraciones hegemónicas por parte
de Moscú (los otros dos eran el comunismo y el Pacto de Varsovia).
Al apuntar el resurgimiento del nacionalismo ruso y con un clima bélico en Oriente Medio, especialmente Siria, hay mayor sensación de inseguridad y se vienen haciendo necesarias reformas en la OTAN, que por cuestiones técnicas y políticas se ha debilitado en los últimos años. La entrada de tropas rusas en Ucrania oriental y el rearme nuclear anunciado por Moscú parecen haber sido la señal que provocó una política más agresiva de la OTAN hacia Rusia, con una serie de maniobras de cada vez más importantes. Tal clima de tensión parece haber acercado el fantasma de la «guerra fría», sino la guerra misma, y lo cierto es que se endurecen las posiciones, como prueban estas importantes maniobras, los barcos de guerra OTAN que van pasando al mar Negro (véase España envía buques al mar Negro y el Báltico), el envío de cazas a los Países bálticos (España envía cazas al Báltico) o la intervención directa de Moscú en Siria, aunque en este país los acontecimientos indican que algunos socios de la OTAN se mueven a su particular conveniencia, casos de Turquía y Francia.
Para algunos analistas —cada vez más— es posible que se pase, sin transición, del clima de tensión al estado de alerta o incluso de guerra, idea de la que participa el Gobierno iraní, que hace pocos días manifestó su preocupación sobre «una tercera guerra mundial».
Al apuntar el resurgimiento del nacionalismo ruso y con un clima bélico en Oriente Medio, especialmente Siria, hay mayor sensación de inseguridad y se vienen haciendo necesarias reformas en la OTAN, que por cuestiones técnicas y políticas se ha debilitado en los últimos años. La entrada de tropas rusas en Ucrania oriental y el rearme nuclear anunciado por Moscú parecen haber sido la señal que provocó una política más agresiva de la OTAN hacia Rusia, con una serie de maniobras de cada vez más importantes. Tal clima de tensión parece haber acercado el fantasma de la «guerra fría», sino la guerra misma, y lo cierto es que se endurecen las posiciones, como prueban estas importantes maniobras, los barcos de guerra OTAN que van pasando al mar Negro (véase España envía buques al mar Negro y el Báltico), el envío de cazas a los Países bálticos (España envía cazas al Báltico) o la intervención directa de Moscú en Siria, aunque en este país los acontecimientos indican que algunos socios de la OTAN se mueven a su particular conveniencia, casos de Turquía y Francia.
Para algunos analistas —cada vez más— es posible que se pase, sin transición, del clima de tensión al estado de alerta o incluso de guerra, idea de la que participa el Gobierno iraní, que hace pocos días manifestó su preocupación sobre «una tercera guerra mundial».
Ministerio de Defensa de España
Relación de fuerzas de tierra por nacionalidades y distribución de las mismas en el ejercicio «Trident Juncture 2015».
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