28 de junio de 2016

¿La Unión Europea quiere acabar con la OTAN?


La crisis de confianza generada por la retirada británica de la Unión Europea puede extenderse a la OTAN, costosísima maquinaria bélica antipática a los europeos por considerarla al servicio de otros intereses. Esta preocupación es evidente en el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que visitó el Consejo Europeo (28 junio 2016) para insistir, sin éxito, en el compromiso británico con la defensa de Europa.

En 1948, los europeos fundaron en Bruselas una organización con fines de defensa y seguridad: la Unión Europea Occidental (UEO), pero la misma, no obstante ratificada en la Conferencia de París (1954), fue arrinconada por la OTAN, instrumento favorito de acción política y militar de Estados Unidos con Reino Unido como caballo de Troya.

Después de la desaparición de la Unión Soviética (1991), la UEO estaba siendo promovida como componente defensivo de la Unión Europea y a esta pertenecen los diez estados que la integraban: Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido (éste siempre políticamente sospechoso). Les seguirían otros 18 países, unos de la Unión Europea, otros de la OTAN, algunos de ambas, pero sin aumentar el número de miembros, pues lo hicieron con carácter de observadores (Austria, Dinamarca, Finlandia, Irlanda y Suecia) o de asociados a la UEO (Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Islandia, Letonia, Lituania, Noruega, Polonia, Rumania y Turquía). La UEO, con sede en Bruselas, tenía como principales órganos subsidiarios la «Agencia para el Control de Armamentos», el «Instituto para Estudios de Seguridad» (ambos en París) y el «Centro de Satélites de la UEO» (Madrid).

Unión Europea
La titular de Asuntos Exteriores de la Unión Europea Mogherini recibe al secretario de la OTAN Stoltenberg (28 junio 2016). La OTAN cifra su supervivencia en una estrecha relación con la Unión Europea, que tras el «Brexit» (23 junio) parece decidida a promover un ejército único con la fusión de todas las fuerzas armadas de sus estados miembros.
Sin embargo, la UEO nunca tuvo verdadera eficacia como organización militar al carecer de una fuerte estructura militar y de fuerzas combinadas. La razón para ello está en las hazañas bélicas de la OTAN en Oriente Medio y la servidumbre británica a la política de Estados Unidos, que se oponía —y opone— a unas fuerzas armadas europeas. En 2000, la UEO empezó a transferir la responsabilidad sobre sus asuntos a la Unión Europea y se disolvió oficialmente en 2010, aunque algunos hablan de una integración para la preparación, más o menos en secreto, de un futuro Ejército europeo.

Con la deserción británica aparecen fuerzas partidarias de un componente defensivo de la Unión Europea, privativo de la misma, tanto en el ámbito humano como material. Se dice que un grupúsculo del caduco Consejo de la UEO, u otro órgano supremo invisible, venía trabajando secretamente en esta dirección y que diversos grupos de trabajo especializados (se sobrentiende que al margen de Reino Unido) se encargaron de una serie de medidas, tanto en temas políticos como en asuntos específicamente militares, para enfrentar el «Brexit» meses antes de refrendarse el mismo.

En cualquier caso, la organización del Ejército europeo único debe realizarse en un lapso meteórico, so pena de un aumento providencial del clima bélico en Europa que restituya la importancia de la OTAN, la única por ahora en posición de organizar una acción defensiva colectiva (y de paso condicionar la política exterior de la Unión Europea).


ACTUALIZACIÓN

El plan arriba aludido se puso de manifiesto cuando la canciller Merkel de Alemania y el presidente Holland de Francia anunciaron (15 septiembre 2016) la urgencia de un ejército europeo único, privativo de la Unión Europea, opinión ampliamente compartida que el periódico «Süddeutsche Zeitung» abordó con llaneza: «Durante años la cooperación militar europea fracasó por la oposición de Estados Unidos; el 'Brexit' ha cambiado de golpe esa situación».

Unión Europea
Reunión en la ciudad eslovaca de Bratislava (16 septiembre 2016) de los estados miembros de la Unión Europea, excluido Reino Unido, en la que se fijó una posición común con relación a la exclusión de este país y comenzaron, en secreto, los planes de una eventual unificación de las fuerzas armadas de la Unión Europea.
La reunión celebrada en Bratislava (Eslovaquia) para tratar sobre problemas europeos (16 septiembre), con asistencia de todos los jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea, excepción de Reino Unido, siente la preocupación por la realidad de la unificación de Europa y el problema de un ejército común como primer elemento cohesionador. El último reviste ahora tal importancia que el día 27 tuvo lugar en la misma ciudad una reunión informal de los ministros de Defensa para poner las bases de la unificación militar de la Unión Europea.