21 de noviembre de 2016

Misil RS-28, la nueva amenaza rusa

Ministerio de Defensa de Rusia
El RS-28 «Sarmat» (SS-30 «Satan II» en nomenclatura OTAN) es un misil balístico intercontinental de superficie a superficie (ICBM) capaz de portar 15 cabezas de combate nucleares y alcanzar un objetivo situado a 10 000 km de distancia. El 10 de agosto de 2016 el Ejército ruso probó con éxito el modelo prototípico (SS-X-30), la primera imagen del mismo aparece en octubre y alcanzará su fase operacional en 2018.

Moscú ha restituido la política de secreto de la «guerra fría» sobre sus progresos tecnológicos en el campo de los cohetes, pero con las oportunas declaraciones oficiosas para impresionar a la opinión pública. Según la propaganda rusa, el SS-30 llega a su objetivo con una precisión y fuerza tan fatídicas que es capaz de destruir quince objetivos en un radio de más de 1 000 km; es decir, un territorio de la extensión de España o Francia.

Ello se consigue con un sistema de reentrada múltiple con 15 cabezas de combate independientes y maniobrables (MIRV), orientable cada una a un objetivo distinto. Lo que resulta asombroso, aparte de su enorme radio aéreo sobre el objetivo, es su potencia: 50 megatones, esto es, unos 3 000 kilotones (kT) por cabeza frente a los 550-750 kT de las del SS-18 o los 170-335 de las del norteamericano «Minuteman III». Semejante carga explosiva en cabezas tan pequeñas es difícil de creer: los MIRV pueden fabricarse y montarse sin necesidad de pruebas previas, pero la miniaturización del explosivo nuclear requiere los oportunos ensayos y, que se sepa, Rusia realizó el último de ellos en 1990, salvo alguna prueba clandestina (la dificultad de distinguir un terremoto de una explosión nuclear subterránea permite realizar pruebas en secreto en focos de intensa actividad volcánica o sísmica).

Por lo demás, el SS-30, bifásico de propergol líquido, es una versión mejorada y notablemente reducida del mastodóntico SS-18 «Satan» de 1975 (concretamente el «Mark 5» de 1988), aunque sus características le sitúan más cerca del SS-19 «Stiletto» de 1980, modelos a los que substituye a partir de 2018. El SS-30 tiene un peso de 100 t, aproximadamente la mitad que el SS-18 (217 t), poco más que el SS-19 (92 t) y el doble que los otros tipos en uso: el «Topol» de 1985 (SS-25) y el «Topol 1M» de 1997 (SS-27), con 45 t, y el «Yars» de 2010 (SS-29), con 49. A todos ellos supera en capacidad de transporte, que no se explica por la miniaturización del explosivo termonuclear, sino por nuevos tipos de motores que suministran mayor energía por unidad de peso.

Ministerio de Defensa de Rusia
Como vectores de lanzamiento desde plataformas móviles, Rusia emplea sus ICBM más pequeños y ligeros: los tipos SS-25, 27 y 29, versiones mejoradas presentadas como nuevos modelos. El último, en la imagen, aparece en 2010 para ir substituyendo al primero.
Arsenal ICBM ruso en 2016. Desde 2013 no ha habido grandes modificaciones ni en el número ni en los modelos de misiles, que siguen siendo los SS-18 y 19, bifásicos con propelente líquido y cabeza múltiple, y los SS-25, 27 y 29, trifásicos con propelente sólido y cabeza única, excepto el último, con una múltiple (véase «Arsenales nucleares: balance 2013»). Rusia dispone de 299 ICBM, 23 menos que en 2013, pero esta reducción se compensa con el aumento de los sistemas de reentrada múltiple y se mantiene el mismo total de cabezas nucleares (unas 900).

El modelo más moderno y que, con el SS-30, irá substituyendo al resto es el SS-29 (73 proyectiles), dotado de 4 a 10 cabezas independientes de 150-250 kT. Se tienen noticias de que en 2013-16 el número de ICBM más antiguo va disminuyendo: SS-18 (de 50 a 46), SS-19 (48 a 30), SS-25 (135 a 72) y SS-27 (89 a 78). Están incluidos 153 ingenios de lanzamiento desde plataformas móviles (los SS-25, 18 SS-27 y 63 SS-29). El resto va dispuesto en reducto subterráneo o «silo» (Vladimir, Orenburg y Omsk) y todos tienen alcances alrededor de los 10 000 km, excepción del SS-18, con unos 15 000. (Véase «Arsenales atómicos: evolución histórica».)