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El Typhoon es ahora el más moderno cazabombardero de la Fuerza Aérea (2004) y con el F-18 forma la aviación de caza española. El primero se utiliza primordialmente como avión de interceptación mientras que el segundo se dedica más específicamente a atacar objetivos terrestres y navales, sin demérito de misiones de defensa antiaérea.
En España, el F-18 Hornet entró en servicio en 1986 y se adquirieron 96 aviones, la primera y única dotación del tipo de la OTAN europea. En 1993 se perfeccionaron y en 2009 se mejoraron la precisión de navegación y de armas y de los equipos de perturbación de los radares enemigos, como aviones con capacidad de penetración profunda en el territorio enemigo.
En 2009, España anunció la compra de misiles de crucero KEPD 350 Taurus. En las jefaturas militares se suscitó una polémica sobre la decisión de adquirir un sistema de armas con objetivos poco claros, incertidumbre agravada con las evasivas del ministerio de Defensa: «Es un arma para batir con precisión objetivos de alto valor, muy alejados y fuertemente protegidos».
Un ensayo curioso. En una reunión, Sudáfrica ofreció territorio para maniobras con fuego real de la aviación española, en Overberg, a unos 8 500 km, y en mayo de 2009 una pareja de F-18M, con misiles Taurus y apoyados por una gasolinera volante tipo Boeing 707, pasaron de España a Sudáfrica y allí alcanzaron un blanco alejado 350 km (ejercicio Cruz del Sur). La razón de este ensayo tan lejano, según el ministerio de Defensa, es que la OTAN se encuentra con dificultades para el entrenamiento de los países miembros por falta de espacios apropiados dentro de sus límites geográficos.
La polémica de los Taurus españoles es su eventual relación con las FNT (fuerzas nucleares del teatro de operaciones). En este campo de las FNT es donde el panorama de los vectores NDV (Nuclear delivery vehicles, vehículos portadores de armas nucleares) resulta más sombrío, con aviones de doble capacidad, que pueden actuar en una fase exclusivamente convencional o en una nuclear. En las FNT, que fácilmente se esconden, un interés particular tiene el misil de crucero, arma de gran precisión y dificultad de distinguir la versión estratégica de la táctica (portador de una carga nuclear o no).
Durante la guerra fría, las fuerzas aéreas europeas tenían misiones tácticas nucleares encargadas por la OTAN, que han sido y son secretas. Con la desintegración de la Unión Soviética (1991) desaparecen tales compromisos, pero la política revanchista del presidente Putin de Rusia —y la «miopía» de la OTAN— restituye los principios de la guerra fría y, con ella, las misiones encomendadas a los aviones europeos eventualmente equipados con cargas nucleares, sobre todo con misiles de crucero de lanzamiento aéreo, en los que Bruselas contempla un método útil contra el despliegue de cohetería estratégica rusa en sus fronteras europeas.
El Taurus no supone la afirmación española a contribuir a las FNT de la OTAN, hipótesis que se diría considerablemente fantaseada, pero los analistas más adelantados y los periodistas mejor informados saben que España solamente puede —o debe— prever la creación de su propia política defensiva en el marco específico de las necesidades de la OTAN, de ahí la importancia de prestar atención a cuantas armas se adquieren, sobre todo las que abren perspectivas de solución a los problemas de las FNT.
Taurus Systems GmbH
Sección en perspectiva del misil de crucero KEPD 350 «Taurus», empleado por las aviaciones alemana (2004), española (2009) y surcoreana (2017).
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Anexo
El «Taurus» KEPD 350 (Kinetic Energy Penetrator and Destroyer) es un misil de crucero de lanzamiento aéreo de 1’4 t, desarrollado por la Taurus Systems GmbH y EADS; dispone de propulsión continua mediante un turborreactor que le confiere una velocidad de 1 100 km/h, su alcance es de 500 km y su sistema de dirección, de tipo múltiple (IBN, INS, TRN, GPS), le permite seguir una ruta predeterminada volando a escasos metros de la superficie (a 30 m sobre relieve suave y a 40 sobre relieve accidentado). Va dotado de una cabeza de 485 kg de alto explosivo, capaz de atravesar un muro hormigonado de 4 m a 350 km. Sus dimensiones son 5’1 m de largo, 1’1 de diámetro y 2’1 de envergadura. Tiene un coste unitario de un millón de euros (el doble de un BGM-109 Tomahawk). Estos misiles de crucero son llevados en Alemania por los Tornado (más tarde los Typhoon), en España por los F-18M (después los Typhoon) y, desde 2017, por F-15K Eagle surcoreanos.