8 de septiembre de 2020

Una estación espacial fantasma en España

Renitor
Algunas estaciones espaciales, en número difícil de determinar, son sospechosas de un uso degenerado de las comunicaciones, como es el caso de Fresnedillas, que desempeñó un papel muy importante en las misiones «Apolo». Formalmente es eliminada en 1985, pero continuó en uso hasta 2008, aislada y vigilada, sin reconocimiento formal ni propietario conocidos. Su actividad en el periodo 1990-2008 sigue sujeta a la Ley de secretos oficiales.

Fresnedillas, a unos 50 km de Madrid, fue una de las tres instalaciones de la estación espacial de Robledo. Las otras dos se encuentran en los términos municipales de Cebreros (Ávila) y de Robledo de Chavela (Madrid), cada una de las cuales poseía su antena parabólica de 26 m de diámetro y un peso de la parte giratoria de 250 t. La de Robledo había entrado en servicio en 1965, la de Cebreros en 1966 y la de Fresnedillas en 1969.

Las instalaciones de Robledo y Cebreros formaban parte de la red de NASA «Deep Space Network» (Red del Espacio Lejano), dedicada al seguimiento y comunicaciones con vehículos no tripulados lanzados a la Luna, a los planetas o al espacio interplanetario en general. Las otras estaciones de esta red estaban emplazadas en Australia (Woomera) y en Estados Unidos (Goldstone, California). La de Fresnedillas, en cierto modo independiente, formó parte de la red «Manned Space Flight Network», dedicada al seguimiento y comunicaciones con vehículos tripulados, junto con las estaciones también completamente nuevas de Goldstone (Estados Unidos) y Canberra (Australia), todas ellas provistas de grandes antenas parabólicas de 26 m y con vistas a su participación en el Proyecto Apolo, esto es, la llegada del hombre a la Luna.

INTA/NASA
Estación de Fresnedillas en 1969, enclavada en la provincia de Madrid. En la misión «Apolo XI» mantuvo contacto con la nave durante 73 de las 195 horas que duró la misión (un 40% del tiempo), incluidas maniobras tan críticas como el alunizaje y su posterior despegue.
Transferencia española. En 1969 las instalaciones de Robledo y Cebreros estaban totalmente manipuladas por personal español. En ese mismo año, la NASA transfirió oficialmente al INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) la instalación de Cebreros, inmediatamente después del «Apolo XIII», y en 1970 la de Robledo, medio año antes del vuelo del «Apolo XIV», pero la de Fresnedillas, cuyo funcionamiento también corría a cargo de personal español, se retrasó a 1972, año en el que finalizan los vuelos tripulados a la Luna («Apolo XVII»).

En 1973 entró en servicio la instalación de Robledo II, la mayor y más moderna de las cuatro que constituyen la Estación Espacial de Madrid (conocida antes como Estación Espacial de Robledo), con una gigantesca antena de 64 m de diámetro (más tarde de 70 m) y casi 7 000 t de peso total (parte giratoria, pedestal y demás elementos fijos). Al mismo tiempo, la intensa actividad de Fresnedillas decrece vertiginosamente como consecuencia del final de los desembarcos lunares, aunque los vuelos tripulados «Apolo» continuaron con la construcción de la estación orbital «Skylab» («Apolo XVIII» y «XIX» en 1973).

INTA
Interior de una de las dependencias de la estación de seguimiento «Fresnedillas» durante las misiones «Apolo» (1969-1972). No obstante su nombre, estaba ubicada en el municipio vecino de Navalagamella, un trabalenguas para los angloparlantes.
Desaparición formal. La instalación de Robledo experimentó importantes transformaciones y se suprimieron las de Fresnedillas (1985) y Cebreros (1986). Las antenas de la primera —una de 26 m y otra de 9— pasaron a Robledo II y la otra estación se restituyó en 2005 para el seguimiento y comunicaciones con satélites de la Agencia europea del espacio (ESA).

Una estación espacial fantasma. Hacia el año de 1990, cuando ya se creía a la vieja estación de Fresnedillas definitivamente abandonada, la misma continuaba en uso, dotada de media docena de antenas parabólicas, aislada y vigilada, con actividad y propietario desconocidos. Ni los técnicos de la ESA ni del INTA sabían de su existencia y las jefaturas militares alejaron o ignoraron a los periodistas más curiosos.

Red de vigilancia mundial. En 2000, una comisión de la Unión Europea relacionó a Fresnedillas con un programa de espionaje electrónico universal e ilícito, popularmente «Echelon», y en 2002 una investigación periodística independiente descubrió que el titular del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) de Fresnedillas era el ministerio de Defensa (11 800 euros anuales). Por estas fechas contaba la estación una decena de antenas de entre 18 y 14 m y media docena más pequeñas, orientadas, según algunos técnicos de la citada comisión, para recoger las señales emitidas por los satélites geoestacionarios, esto es, de comunicaciones.

SCMM
Fresnedillas en la década de 2000, considerada, con razón, una «estación espacial fantasma»: rehecha en 1990 sin publicidad alguna, cerrada enteramente al público hasta su desaparición (2008) y sin imágenes de sus dependencias interiores durante este periodo.
El ministerio de Defensa declinó dar explicaciones y en 2008 Fresnedillas desaparece realmente, sin más huella que un pequeño museo centrado en el programa astronáutico «Apolo». No se sabe si Fresnedillas fue humilde réplica española a los proyectos de espionaje de Estados Unidos, partícipe de los mismos o un elemento del programa «Santiago» de espionaje, descubierto en 1994 cuando se supo que un avión-espía de la Fuerza Aérea española sufrió un accidente en Israel. En cualquier caso, la actividad de Fresnedillas en las décadas de 1990 y 2000 sigue sujeta, al menos tácitamente, a la Ley de secretos oficiales y todo induce a creer que este secretísmo se prolongará décadas y más décadas alegando «razones de seguridad y defensa», que es como se justifica el encubrimiento de actividades ilícitas, sobre todo aquellas en perjuicio de las libertades humanas.