27 de enero de 2021

La gripe y su enigma en España

Renitor
A la incidencia anual de la gripe en España entre 2010 y 2019, en torno a unos 2 000 contagios por cada 100 000 habitantes, le sigue su desaparición en 2020, en paralelo a nuevas ondas de la pandemia china. Según las autoridades sanitarias, las protecciones de barrera, la vacuna y elementos naturales es lo que determinó una nula incidencia de gripe en España. Esta explicación no ha terminado por convencer.

La gripe se caracteriza por su increíble difusión, pero en el invierno de 2020-21 no se hace sentir, con sólo 7 casos en España frente a una media anual de unos 900 000. Según la clase facultativa, las protecciones de barrera (caretas de materia filtrante, alejamiento entre individuos, aislamiento total de lugares), la recurrencia de la pandemia china y la vacuna fueron los factores que hicieron disminuir la frecuencia de la enfermedad hasta su casi total desaparición. Esta explicación implica contradicción lógica y plantea preguntas. 

Protecciones de barrera. La primera pregunta que cabe hacerse es: si las protecciones de barrera confieren protección contra la gripe, ¿no es una contradicción la incidencia reducida de la gripe y la elevadísima de la pandemia china, enfermedades ambas producidas por virus y transmisión hombre a hombre por inhalación o contacto?

Recurrencia de la pandemia china. Esta, dicen algunos facultativos, anuló la onda otoñal de la gripe, es decir, el Sars Cov 2 se desarrolla tan profusamente que impide el desarrollo de otras clases de virus habitantes del mismo lugar e incluso elimina las más débiles. Hasta hoy, en una enfermedad epidémica se conjuga la interacción entre el microorganismo infeccioso y los invasores oportunistas (en el caso de la pandemia china aparecen el neumococo y otros agentes patógenos de ciertas pulmonías, que predisponen a complicaciones que aumentan el índice de mortalidad). Causa extrañeza que la pandemia china limitó sólo (o primordialmente) el desarrollo de la gripe, por cierto, enfermedad infecciosa con aparato cuasi-idéntico al de la pandemia china (esto último reviste importancia ante la falta de autopsias organizadas).

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Incidencia de la gripe en España en 2016 y durante la pandemia china
La vacuna. El virus de la gripe muestra una alta capacidad de mutación, de ahí que las vacunas surten efecto sólo en el 70% de vacunados, y por breve tiempo. Por ejemplo, en 2016, según datos del Ministerio de Sanidad, un 55’5% de las personas que tenían 64 o más años de edad optó por vacunarse contra la gripe y la tasa de la misma fue de 2 128 contagios por cada 100 000 habitantes. Pues bien, la tasa de incidencia en Ceuta, con el porcentaje menor de vacunaciones (26%) fue una de las tres más bajas (1 338) y en Rioja, con el porcentaje mayor de vacunaciones (64%), una de las seis más altas (2 068). Las tasas en Galicia y Aragón, con índices cercanos de vacunación (56 y 57’5%), alcanzaron respectivamente 1 028 (la más baja de España) y 4 237 (la más alta). Estas cifras de datos dan como resultado una pobre relación de interdependencia entre vacunación e incidencia de la enfermedad, aunque es indiscutible que el empleo de las vacunaciones profilácticas reduce la gravedad de la gripe y con ella el tributo en vidas humanas.

Conclusión. Ninguna de estas explicaciones e hipótesis, ni siquiera todas en conjunto, proporciona una explicación completa al problema, como parece ser el caso de todo cuanto hay en rededor del origen y prosperidad de la pandemia china.

ANEXO

La hipótesis impensable. El virus de la gripe es de una variabilidad extraordinaria y puede rápidamente generar nuevas variantes. No podemos descartar una deriva de la cepa que invade el hombre sin verter en la sangre sus toxinas, esto es, la infección no se manifiesta, pero sus gérmenes anidan larvados en el organismo: «Todavía no se comprende —escribió el doctor W. Bauer— cómo el virus que pasa de una persona a otra muchas veces durante los inviernos permanece sin producir o apenas produce efectos nocivos durante largos periodos de tiempo (a veces de hasta treinta años) y en cambio, súbitamente se convierte en un germen de increíble virulencia y difusión».