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La pequeña aviación de caza argentina quedó obsoleta al principiar la década de 1990 y desaparece en 2015. Dos años después se adquirió una docena de aviones prehistóricos e inútiles (Super Etendard) y en 2024 se anunció otra solución esperpéntica: 24 cazas F-16 montados en Bélgica (SABCA) hace 40 años, al final pues de su «vida útil». De ahí a la generalización del término «chatarra» y a los europeos haciéndose reos de hipocresía.
El término «chatarra», que se suele preferir para designar este tipo de contrato de armas, con aviones que han terminado su ciclo completo normal (antigüedad y desgaste), adquiere, en este caso, un sentido diferente por las dudas que plantea en torno al compromiso europeo y estadounidense en la defensa de Ucrania.
Hipocresía. El F-16 ha desaparecido prácticamente de Europa occidental. La disyuntiva de los que todavía se conservan (Bélgica y Dinamarca) es un chatarrero o Ucrania. Como no podía menos de suceder, entre los acuerdos celebrados por los países de la OTAN en la Cumbre de Vilna (julio 2023) se incluyó una promesa de «docenas de cazas F-16» para Ucrania. A finales de ese mismo año se hicieron en Rumania los
preparativos para el entrenamiento de pilotos ucranianos, pero, a propuesta de Estados Unidos, 24 aparatos daneses, la cuasi-totalidad de sus cazas en condiciones de vuelo (30), fueron vendidos a Argentina, con lo que salta la promesa de la OTAN en pedazos, al menos en relación con el número de aviones y plazos.
El avión. El F-16 de General Dynamics (más tarde Lockheed) pertenece al grupo de cazas más baratos, ligeros, maniobreros, y que pueden proveerse en grandes cantidades. Con los aviones daneses nos encontramos ante los F-16 más antiguos. Y aquí surge la necesidad de justificar su compra para Argentina con muchas falsedades, como transformaciones futuribles, coste razonable, durabilidad de dos décadas y el disfraz de una versión inexistente (MLU). Veamos.
Transformaciones. Los F-16 más antiguos (versión A) fueron terminados en 1978-85 y el más moderno (V o Viper) fue entregado el año 2015. Ambos aviones son esencialmente iguales, aunque el último de potencias y capacidades notablemente superiores. Cualquier versión puede transformarse en un Viper, pero no es rentable en aviones con más de veinte años o 4 000 horas de vuelo (los daneses contabilizan cuarenta años y más de 7000 horas).
El coste de estos aviones (incluidos algunos motores y simuladores) es de 279 millones de euros (604 según otras fuentes), a pagar en doce años y entrega en un plazo de cuatro años. Al coste de los aviones hay que añadir el
de su armamento y el de unos aeródromos, dispositivos de operaciones y equipo complementario terrestre anticuados o inadecuados, además de la antigüedad del avión, que pasa a incrementar los gastos de mantenimiento.
Sobre la durabilidad de estos aviones, se proveyeron con la resistencia estructural para cuatro décadas u 8 000 horas, y siempre con una gran obra de modernización (MLU), esto es, hasta el año 2025. A corto plazo, pues, presentarán graves problemas de fatiga, que obligan a reducir las tensiones del vuelo y hace peligroso el pilotarlos.
¿Versión MLU? Siglas del inglés Mid-Life Update (actualización de media vida), indica que el avión ha sufrido una gran obra de modernización. Algunos «especialistas» argentinos describen estos aviones como una versión MLU, mero
disfraz con que pretenden encubrir su verdadera antigüedad, versión A o AM, que ha desaparecido casi totalmente de la circulación.
Juicios críticos y réplicas. Con bastante lógica, algunos analistas argentinos rechazan esta operación, dadas las muchas desventajas asociadas al avión muy antiguo, y consideran que este contrato de armas, innecesario por inadecuado, choca con la
aguda crisis económica que vive el país (una pobreza que alcanza a más del 50% de la población).
OTAN En el cuartel general de la OTAN (Bruselas) el adjunto a la secretaría internacional Mircea Geona da la bienvenida al ministro de Defensa argentino Luis Petri (18 abril 2024). |
A ello replica el teniente coronel Juan Manuel Sosa que el F-16 «nos pone a la vanguardia regional e internacional» y
que «un avión no es como un automóvil porque el tiempo se mide en horas de vuelo». Estas afirmaciones se vuelven contra los propios defensores: 1) hablar de «vanguardia internacional» con el F-16 y ya en la cuarentena resulta tristemente cómico; y 2) el avión SÍ es como un automóvil, ya que la disminución de valor de ambos es producida por el uso gradual (horas de vuelo y kilometraje respectivamente) o por haber quedado anticuado (años).
La OTAN. El 18 de abril el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, visitó el Cuartel General de la OTAN, donde fue recibido por un adjunto de la secretaría internacional, Mircea Geona, a quien indicó que Argentina deseaba una etapa de íntima colaboración con esta organización. Por hoy, este país no tiene posibilidades como «país asociado», caso de Colombia, dado el rechazo seguro de dos importantes miembros de la OTAN: la antigua metrópoli, España (expropiación de sus intereses petrolíferos en 2012), y Reino Unido (conflicto de las Falklands en 1982).
Conclusión. Este contrato insensato va en perjuicio de Ucrania y demuestra que la Unión Europea se ha sumido en un caos por los intereses encontrados de los países miembros y las aspiraciones propias de Estados Unidos. Es evidente que se imponen las preferencias justificadas (no justificables) por Estados Unidos, y aquí viene la contradicción más pesimista: Washington sostiene el criterio de no enviar su aviación a Ucrania, y cuando los europeos intentan apoyar a este país con la entrega de aviones de caza, por supuesto los más antiguos o en desuso, se ven obligados a plegar velas ante la venta de los mismos a una comparsa extraeuropea y con Estados Unidos como «alcahueta».
Consecuencias.
Ucrania es la batalla de todos los europeos, a riesgo de repetir los episodios de Austria y Checoslovaquia en 1938, y que una de sus justas demandas es poder aéreo. Mientras no se reconozca con hechos esta demanda, se llegará a un límite de desconfianza que no será posible reducir, una desconfianza que ya se hace sentir en los medios informativos ucranianos.