23 de octubre de 2024

China y la amenaza nuclear

Renitor
En 2024 las armas nucleares volvieron a constituir una preocupación mundial: mientras el presidente ruso Putin amenazaba (otra vez) con el uso de armas nucleares tras su fallida «guerra relámpago» en Ucrania, China lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM), probablemente del tipo DF-41 y que cayó, al parecer, en el N de la Polinesia francesa (25 septiembre). En ambos casos no es una demostración de fuerza, sino de debilidad.

ICBM chinos. En 2024 China dispone de un centenar de cohetes de características ICBM que pueden alcanzar cualquier objetivo en el territorio continental de Estados Unidos: los DF-5, 31 y 41, que tienen un alcance de unos 12 000 km. El primero es un bifásico con propulsor líquido de cabeza simple y 4 000 kilotones (kT) de potencia. Los demás son trifásicos con combustible sólido, el último dotado con MIRV (Multiple Independenty Targetable Reentry Vehicles, vehículos de reentrada múltiple con objetivos independientes).

El DF-5, desplegado en 1981, está «obsoleto». Se trata de un proyectil muy poco selectivo, con errores de 1 000 m, y al utilizar combustible líquido no puede ser lanzado al aire en cuanto se produzca la primera señal de alarma, sino 30 minutos después de la misma, por lo que fácilmente puede ser alcanzado en tierra.

Los chinos han superado el DF-5 con el DF-31A (2007) y el DF-41 (2020), con errores de 100 m y cargas fraccionadas y disminuidas a 200 o 300 kT. El último tiene 22 m de longitud, 2’25 de diámetro y pesa 80 t. Aunque los primeros trabajos sobre el DF-41 tuvieron lugar en 1986, hubieron de transcurrir treinta años antes de que comenzara su producción y empleo útil. Los DF-31 y 41 son sistemas móviles de misiles, pero en la región de Honan los chinos instalaron en 2017 un «silo» subterráneo de prueba del DF-41.

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Campos de misiles chinos tipo ICBM en 2024
Campos de misiles. Hasta 2020 China contaba con un par de instalaciones de misiles con base en tierra de unos 20 o 30 «silos» (asentamientos de misiles subterráneos construidos de hormigón reforzado), en las regiones de Honan y Hunan, todos con el tipo DF-5 o su versión con cabeza MIRV (DF-5B), que también utiliza propulsor líquido y, por tanto, no evita la operación de carga en momentos críticos. En 2020 comenzó la instalación de un campo de misiles en Yumen (Kansu) y en 2021 la de otros dos en Hami (Sinkiang) y Yuling (Shansi), de alrededor de un centenar de «silos» cada uno.

Imperialismo contiguo chino. En el siglo XX China invadió el Tibet (1950), reclamó a la India territorios con una extensión de 130 000 kilómetros cuadrados (1960), provocó un enfrentamiento naval con Taiwán (1965), convirtió al Tibet en su quinta región autónoma (1965) y por esa época Mongolia temía su anexión a China. En el siglo XXI China reclama territorios a Japón, Vietnam y Filipinas a medida que va estrechando relaciones comerciales y diplomáticas con Rusia, potencia agresora que pone Europa al borde de la guerra.

Prospectiva. En Taiwán hay siempre a la vista una posible invasión china que en caso de no ser evitada, bien puede desembocar en un enfrentamiento bélico de tipo convencional o, más gravemente, derivar en el conflicto de carácter nuclear. Los chinos abrigan la esperanza de que, por temor a la represalia, se evitará una guerra nuclear con Estados Unidos (o la OTAN) en el caso de un enfrentamiento o guerra limitada en Taiwán, Japón o Filipinas.

Conclusión. La delicada situación del Extremo Oriente asiático se mantiene, otra vez con el papel culposo de China, pero ahora parece existir peligro de conflicto grave, como demuestra la preocupación de China y Rusia por su seguridad, uno proveyendo campos de misiles, otro amenazando con el uso de armas nucleares.

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Construcción ocultada (izquierda) y terminación en parte (derecha) de un «silo» en el campo de misiles de Hami (mayo de 2022 y febrero de 2023 respectivamente).

BALANCE ESTRATÉGICO CHINO

Los datos que recogemos a continuación corresponden a las estimaciones oficiales de Washington, Bruselas y publicaciones autorizadas de algunos ministerios de defensa europeos, no siempre coincidentes con otras cifras estimativas que circulan en Occidente. Los sistemas nucleares chinos están organizados, como todos los de su tipo, en las dos especializaciones clásicas: estratégicas y tácticas, transportadas o lanzadas de diversos modos.

Explosivos nucleares. En 2023 las cabezas nucleares chinas alcanzaban el número de 500, más del doble de la estimación del Pentágono. Así, si todo se verifica según las nuevas previsiones, China contabilizará más de un millar en 2030. Pese a ello, resulta evidente que aún queda un largo camino por recorrer antes de que China cuente las armas suficientes para asestar un golpe nuclear masivo a Estados Unidos (el llamado empate atómico).

El balance actual estratégico chino parece contar con 546 NDV (Nuclear Delivery Vehicles) o vehículos portadores de armas nucleares: 20 bombarderos pesados Hong 6 (el Badger soviético de los años 50), que llegan a los 3 000 km; 310 ICBM (Intercontinental Ballistic Missile), misiles balísticos intercontinentales, con más de 5 500 km de alcance, incluidos 72 SLBM (Sea-Launched Ballistic Missile), misil balístico lanzado desde un submarino, llevados en seis naves clase «Jin»; y 216 IRBM (Intermediate-Range Ballistic Missile), misiles balísticos de alcance intermedio, comprendido entre 3 000 y 5 500 km.

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Transportes-lanzadores de unos cohetes chinos de alcance intermedio o IRBM tipo DF-26
El balance táctico cuenta con estos efectivos: 1 300 MRBM (Medium-Range Ballistic Missile), misiles de alcance medio, comprendido entre los 1 000 y los 3 000 km, incluidos 300 GLCM (Ground-Launched Cruise Missile), misiles de crucero de lanzamiento terrestre; y 1 000 SRBM (Short-Range Ballistic Missile), misiles de corto alcance, que sólo llegan a los 1 000 km. Se tratan de armas del teatro de operaciones y la dificultad de distinguir la versión estratégica de la táctica, portadora de una carga nuclear o no.

Relación NDV a cabezas nucleares. El máximo de armas de cada una de estas especialidades, combinables entre sí, rebasa el número de 3 200, seis veces el de cabezas inventariadas, insuficientes para proveer la dotación completa de ICBM, IRBM y SLBM, ya que los DF-5B, DF-41 y JL-3 son proyectiles con cabeza múltiple independientemente dirigida (MIRV). El bache de la relación misiles a cabezas nucleares llama a las puertas de las armas biológicas y químicas, cual hicieron los soviéticos durante la «guerra fría» con el SS-21.

La amenaza económica. En el presupuesto de China la cifra destinada a gastos militares crece sin cesar: 140 000 millones dólares en 2013, 230 000 en 2022, el triple de los de Rusia, ni la tercera parte de los de Estados Unidos. El dedicar el 7% del producto nacional bruto a la defensa, caso de China, causa graves daños a la economía, dato inquietante en un país que se encuentra sumido en un examen nada optimista de lo que ha significado la política económica de los últimos años.