El gasto en defensa español ha pasado de unos 16 900
millones de euros a más de 33 000 en 2025 (un 2% del producto interior bruto de
España, cuarta economía de la Unión Europea). El «plan indicativo» de la OTAN con
vistas a los próximos años es del 5%. Suponiendo un aumento del mismo índice, se
prevé que el gasto bélico español habrá pasado de esos 33 000 millones a la
cifra de 79 600 en la década de 2030 (92 400 millones en dólares).
Lógicamente,
los presupuestos de defensa de 80 o más miles de millones de euros corresponderán
a las cuatro principales potencias económicas de la Unión Europea (Alemania, Francia,
Italia, España) y Reino Unido, los únicos europeos —además de Rusia— con un producto
interior bruto (PIB) global superior al billón y medio de euros. Lógicamente
también, este rearme no ayuda a la resolución de la «amenaza rusa» mientras no
se resuelvan los problemas de las FNT (fuerzas nucleares del teatro de
operaciones). Estas «armas nucleares tácticas», como vulgarmente se llaman, son
la única ventaja de Rusia, ya que este país es inferior a la OTAN europea en
armamento de empleo general.
Por lo que se refiere a España en particular, sus
gastos militares anuales para 2025 ascienden, como ya dijimos, a más de 33 000 millones
de euros. La carga per cápita viene a
ser al año para éste país unos 670 euros. En 2025, pues, aumentó en un 100 %
sus presupuestos militares, mientras su propio crecimiento, uno de los más
altos de Europa, se valora por término medio en un 2%.
Contabilidad
opaca. De la dotación asignada en el
presupuesto del Estado para cada uno de sus ministerios, el de Defensa es el
más opaco, hermetismo ya inscrito en la filigrana de los «fondos secretos» (créditos
autorizados sin sujeción a los requisitos de la contabilidad) y la Ley de
Secretos Oficiales de 1968. Por remate, todos los gastos del Estado revierten
en algún modo en la defensa, con partidas agregadas (pública o encubiertamente)
durante el año económico, generalmente —o la más importante— del departamento de
industria.
Cifras cambiantes. Vámonos a 2023… En este año el presupuesto de
defensa alcanzó la cifra de 12 825 millones de euros según el Ministerio de
Defensa, 19 723 según los datos de la OTAN, 20 121 (23 700 millones de dólares)
según el Sipri de Estocolmo, 22 609 según la
publicación especializada Expansión,
27 617 según una estimación del Centro Delàs de Estudios para la Paz. Estos
fuertes contrastes entre las estimaciones privadas y los datos oficiales se
explican con la contabilidad opaca citada anteriormente.
Errores periodísticos. Es cierto que España sigue siendo uno
de los países que menos fondos dedica a la defensa en relación al porcentaje de
su PIB, pero no es el gasto militar más reducido de la OTAN, ya que en volumen
dinerario ocupa, según el año y la fuente, el séptimo u octavo lugar entre los
32 países de la Alianza; y en 2023, según el Sipri, su índice del PIB era idéntico
al de Alemania u Holanda (1’5), superior al de Canadá (1’3) o Bélgica (1’2) y
apenas inferior al de Italia o Noruega (1’6).
Conclusión. Es evidente la
existencia de presupuestos deficientemente evaluados y el escaso rigor de las
estimaciones realizadas, con una serie de cifras que van desde la más reducida,
cuando la fuente es el ministerio de Defensa, hasta la quizá más exagerada, como
vimos en el ejemplo del año económico de 2023. Es un problema que se repite sin
solución de continuidad, año tras año, ahora en 2025: la partida de defensa es
de 33 123 millones de euros según el Ministerio de Defensa, y de 40 457 según el
Centro Delàs (mayo 2025). Como decíamos al principio: una contabilidad opaca,
diríase negra como el carbón.
ACLARACIONES
Primeramente, anotaremos que lo
que se dice en las publicaciones autorizadas del Ministerio de Defensa es incongruente:
16 900 millones de euros o el 1’4% del PIB en 2024; en este año la cifra de 16
900 millones representa el 1% del PIB, y el 1’4% del mismo 22 300 millones. ¿En
qué quedamos? Seguidamente, los datos difieren mucho de una fuente a otra, a
veces hasta en un 100%, como hemos visto. Finalmente, presupuesto de defensa y gasto
en defensa no es lo mismo: el primero es la ordenación anticipada de los
gastos y el último, el cómputo final de los mismos. Así, el presupuesto de defensa en 2024 fue de 12
800 millones de euros y el gasto en defensa de 16 900, con partidas agregadas (unos 4 000 millones) durante ese
año económico.