No se conocen más que 18 Junkers 52/3m a lo largo de la historia de la
compañía aérea española Iberia: los ocho aparatos en la Guerra de España, los
cinco en la II Guerra Mundial y los cinco en la posguerra, el primero en 1937
(M-CABA Sanjurjo) y el último en 1949
(EC-ADQ). En la guerra civil (1936-39) intervinieron un centenar de Junkers 52,
de ellos 60 españoles, y en 1944 se construyen en las factorías españolas otros
170 aparatos, ninguno de tipo comercial.
Pérdidas. Aunque no se sabe con
certeza absoluta —para decirlo en palabras de Iberia— cuantos Junkers 52 se
usaron en esta compañía aérea, los controles de inventario de la misma
registran 18 aparatos, de los que se perdieron 7, todos en accidentes, excepto
el M-CABA, que cae por derribo al Mediterráneo (18 diciembre 1939), y el
EC-ABD, destruido en Stuttgart (Alemania) por bombarderos aliados (5 septiembre
1944). Las pérdidas humanas fueron 3 tripulantes y 7 pasajeros, todos en el
M-CABA.
Recuento incierto. El recuento de Junkers 52 en Iberia comienza, como
se ha dicho, con ocho aparatos en la Guerra de España; más adelante, entre 1941
y 1949, hay cierta confusión sobre el número de aviones, ya que existen dos
versiones. Según una versión, se adquirieron diez y, según otra, ocho. Una razón
de la incerteza hay que buscarla en los diferentes trasiegos a que se somete el
Junkers 52 en España, con aparatos del Ejército del Aire que aparecen algunas
veces de modo irregular hacia Iberia; y al contrario, de Iberia hacia el
Ejército del Aire. También engendra alguna confusión el cambio de matrículas
imperante en la década de 1940 en España, ya que muchos Junkers 52, como todos
los aviones comerciales de la época, vienen indicados con dos y hasta tres
matriculaciones diferentes según la fecha: la inicial «M» durante la guerra
civil (bando rebelde) y la «EC» en la posguerra (con dos combinaciones en la década de 1940).
Aviones de Iberia en Lufthansa. Durante la II Guerra
Mundial, Lufthansa tuvo dos Junkers 52 de Iberia, en concepto de arrendamiento:
el EC-ABD (7053), identificado con el D-AQIJ, destruido por la aviación aliada
en Echterdingen, Stuttgart (5 septiembre 1944), y un segundo inidentificado.
Respecto a este último, el D-AOAW de Lufthansa, capturado y destruido por los
estadounidenses cerca de St. Gilgen, Austria (7 mayo 1945), tiene el mismo
número de serie que el español EC-AAL (7017), pero éste aparece en las listas
de Iberia hasta el 27 de marzo de 1947. El hecho está ahí, abierto a la
especulación.
Aviones de Iberia en la «Luftwaffe». En 1942-44 dos Junkers 52
de Iberia, el EC-ABE (7196) y ABF (7220), previa transferencia al Ejército del
Aire, sirvieron de aviones estafeta, ambulancia y de pasajeros de la fuerza
expedicionaria española en Rusia (una división de 18 000 hombres y una
escuadrilla de caza), con vuelo semanal Berlín-Seschtschinskaja, al SE de
Smolensk, cerca de Moscú.
Aeródromos «fantasmas». Durante la Guerra de España
(1936-39), ambos bandos proveyeron más de 400 aeródromos, permanentes o semipermanentes,
de emergencia o señuelos, algunos en calveros de bosques sin poblaciones en
proximidad. Nos han llegado testimonios, sin documentación probatoria, de la
aparición de solitarios Junkers 52 en algún «aeródromo fantasma», que es, como su
nombre popular lo indica, el que supuestamente había desaparecido enterrado por
años de desuso y olvido, muy adecuado, pues, para vuelos de incógnito. Entre
algunos investigadores nació la creencia de que estos aeródromos señalaban los
lugares en que organizaban los prófugos, alemanes o no, sus huidas.
![]() |
| Archivo histórico de Iberia Cabina de mandos del Junkers 52 EC-ADP (número de serie 5646). Como en todos los aviones de su época, el primer oficial (copiloto) era también el mecánico en vuelo. |
El final. Durante la II Guerra Mundial el Junkers 52 se hizo anticuado debido a su aerodinámica. Sea
cual fuere la causa, en Iberia no tardaron mucho en aparecer los Douglas DC-3
(1943), versión mejorada del DC-2 (en España desde 1936), y a multiplicarse en
la posguerra, de tal suerte que, en 1950, el número de los registrados en el
inventario de Iberia se elevaba a 16 DC-3 (más tarde 24) frente a 5 Junkers 52,
los tres últimos eliminados en 1955. En este año, de la nueva generación de
aviones comerciales españoles todos son americanos: los DC-4 adquiridos a la
factoría Douglas (1946) y los L-1049 Super Constellation a la Lockheed (1954), en número de seis y diez aviones
respectivamente, ambos cuatrimotores trasatlánticos. (La excepción es el bimotor
británico Bristol 170 Mk 31, con cuatro aparatos, que en Iberia se empleó
principalmente como avión de carga.)
Epílogo. El Junkers 52 reinó en la Iberia
desde 1937 hasta su eliminación gradual con la puesta en servicio en 1943 del DC-3
y su total extinción en 1955, por las mismas fechas o antes que en otras
compañías aéreas europeas. Aunque de aspecto anticuado y menos potente, cómodo
y lujoso que el estadounidense, ningún avión ha dejado huella tan profunda en
Iberia como el Junkers 52, no por estar considerado uno de los mejores aviones
de transporte de su época, sino por participar en algunos vuelos extraños y un
tanto misteriosos, como el de los «aeródromos fantasmas» antes citados, al
terminar de la II Guerra Mundial, o el ensayo de un eventual vuelo entre el
Sahara español y América meridional, en 1942.


