9 de mayo de 2020

La nueva estrategia rusa

Renitor
En 2013, el general ruso Valeri Gerasimov, jefe del Estado Mayor, pronunció un discurso que, según los analistas occidentales, se ha traducido en la revisión en profundidad de la estrategia de Moscú. En ese discurso, Gerasimov destaca la importancia de las redes de telecomunicación y la colaboración entre el sector militar y el civil para la consecución de objetivos territoriales sin llegar a una situación de guerra total.

El discurso, publicado en un artículo periodístico («El valor de la ciencia radica en la anticipación»), había pasado inadvertido hasta que, convirtiendo estas ideas en acciones, Rusia invadió Ucrania (2014) y así se originó la «doctrina Gerasimov», bien que entre ésta y la aplicada por la OTAN en Libia (2011) no hay más diferencia que matices: ambas se basan en la existencia de una infraestructura global de la información, manipulación de la misma y operaciones cuya autoría se disimula o falsifica (véase «Por qué la OTAN atacó Libia»).

La doctrina Gerasimov actúa primero sobre el futuro, con la prevención de una amenaza posible derivada de los cambios políticos en un país o espacio geográfico que tiene especial significado (situación, recursos, comunicaciones), amenaza que, por lo general, se corrige con objetivos territoriales o colocando ese país dentro de una esfera de influencia comercial.

La intervención extranjera en los asuntos nacionales de ese territorio comienza meses antes de la crisis, con las campañas subversivas de actividad secreta. Las prioridades establecidas a tal efecto son a) la selección y recluta dentro de su territorio de elementos simpatizantes y otros que, guiados por intereses personales, se presten a colaborar con el agresor y organizar con ellos una oposición política con apariencia de verdad; y b) el empleo de las redes sociales y toda clase de medios de comunicación que pudieran contribuir a la difusión de noticias falsas.

Ministerio de Defensa de España
Cazabombarderos F-18 españoles de la 12ª Ala, en la base italiana de Decimomannu (Cerdeña), durante la operación OTAN contra Libia (2011), que al parecer sirve de modelo a la «doctrina Gerasimov».
Prevenida la «quinta columna» y el «aparato propagandístico», las fases de la doctrina de Gerasimov son: 1) Promover un juicio negativo sobre el comportamiento del Gobierno de ese país, así como campañas a favor de la justicia de la oposición; 2) presiones materiales, morales y políticas, por las vías diplomática y militar, que tienen como finalidad agravar el descontento de la población, con la oposición como elemento aglutinante; 3) hacer llegar las manifestaciones callejeras a sus formas violentas, preferiblemente con efusión de sangre, a fin de allanar el camino para la intervención militar so pretexto de mantener la ley y el orden; 4) persuadir a la opinión pública de la justicia del invasor y apoyar las corrientes de opinión pacifistas; 5) todo el esfuerzo se encamina a la pacificación del territorio de acuerdo con la voluntad invasora; 6) dominio político sobre ese territorio mediante la creación de un gobierno títere o el reconocimiento formal de grupos locales afines; y 7) convencer a los neutrales de los beneficios que reporta el reconocimiento del nuevo gobierno o «statu quo».

El combate nuclear. Ni la doctrina Gerasimov ni otras de su tipo valoran públicamente el combate nuclear, pero cabe suponer que en los casos extremosos se emplea la amenaza del «terror nuclear» a fin de a) secuestrar la voluntad de la opinión pública, y b) disuadir al enemigo del empleo de la fuerza o provocar un estado de indecisión beneficioso para la política de los hechos consumados.

Vasily Batanov
En el siglo XXI, los grandes ejércitos —o las movilizaciones masivas— han perdido su antigua importancia y las redes de comunicaciones globales (internet) resultan ser una de las más eficaces armas, tanto que proporcionaron al menos la excusa para la invasión rusa de Ucrania oriental.
Es preciso constatar en este punto que la estrategia nuclear es distinta para Bruselas y Moscú. La doctrina OTAN se basa en un empleo inicial proporcionado y la de Rusia en el uso de estas armas en una escalada (según el «Nuclear Posture Review» publicado por la Administración Trump en febrero de 2018, Rusia cree que puede desafiar competitivamente en escalada a la OTAN y sentar a ésta en las mesas de negociación antes de llegar a una ofensiva nuclear masiva).

De la amenaza a los hechos. La idea emitida por Gerasimov responde a conceptos antiguos («propaganda negra», «quinta columna», «falsa bandera»), pero adaptados a una sociedad global de la información y sin una situación de guerra declarada o en la que es muy difícil la distinción entre la tensión y el enfrentamiento directo. Con ello se embota el tratado entre estados y se aniquila el Derecho internacional (véase «Ucrania: el tratado olvidado»).

La invasión de Ucrania proporcionó la primera información sistemática sobre el efecto devastador provocado por la doctrina Gerasimov, se llegó a la presunción de que la misma podría repetirse en los Países bálticos y adquirió otros significados con la retirada británica de la Unión Europea y la proliferación de tendencias a la desunión dentro de sus fronteras.